La penosa situación que viven los venezolanos ha despertado la solidaridad del mundo, que no ha dudado en enviar sus donaciones y los recursos que tanta falta hacen para enfrentar la crisis humanitaria creada por el régimen de Nicolás Maduro.

En ese propósito de ayuda Colombia ha sido el principal aliado así como el mayor receptor de los emigrantes que huyen de las penurias y carencias que viven en su Nación.

Por ello hacen tanto daño los señalamientos sobre manejos corruptos que personas allegadas al presidente interino Juan Guaidó estarían realizando sobre esa ayuda humanitaria.

En concreto, las denuncias tienen que ver con el desvío de dineros destinados al hospedaje y manutención de los 1.400 militares que se arriesgaron a desertar junto a sus familias, muchos de quienes hoy no tienen ni siquiera dónde vivir.

Conocer lo que está sucediendo afecta la ayuda que con buena voluntad se está enviando desde el exterior, y para nada favorece la causa que lidera la oposición para sacar del poder al régimen que tanto daño ha causado a Venezuela y empezar así a reconstruir su país.

Lo sucedido manda un mal mensaje, que tiene que llevar a las autoridades colombianas y a quienes lideran la oposición venezolana a investigar lo que ha ocurrido con las donaciones y castigar a quienes sean culpables.

Es imposible combatir a un régimen acusado de corrupción, con más corrupción.