La liberación de los soldados Andrés Felipe Pérez y Kleider Antonio Rodríguez no se puede ver como un gesto de paz ni como el inicio de una negociación formal con el ELN.Los uniformados, secuestrados por ese grupo guerrillero durante la masacre de Güicán, Boyacá, en la que resultaron asesinados 12 integrantes del Ejército y la Policía, fueron entregados por la presión de la sociedad y el repudió que causó un hecho que atenta contra la dignidad humana. Si el ELN pretende comenzar un diálogo con el Gobierno Nacional, que empiece por devolver a todos los secuestrados que tiene con fines económicos y cese los ataques terroristas con los que pretende amedrentar al país.Y sobre todo, que deje de poner condiciones para realizar un diálogo serio y sin más rodeos, porque de lo contrario lo va a dejar el tren de el esfuerzo que hace Colombia por la paz.