La Justicia Especial de Paz es un instrumento excepcional nacido del acuerdo entre el Gobierno y las Farc para aplicar justicia a los crímenes cometidos en desarrollo del conflicto en Colombia.

En ninguna parte aparece que sus magistrados o su Secretario General estén autorizados para otorgar vacaciones en el exterior a quienes se han sometido a su jurisdicción por haber perpetrado delitos que deban ser juzgados por ese tribunal.

Por ello causa extrañeza y produce rechazo el que la JEP, cualquiera que sea el funcionario que lo haya hecho- le haya autorizado un viaje de placer a Venezuela a personajes tan peligrosos como el autor material del atentado terrorista al Club el Nogal en Bogotá en el 2003, que dejó 36 personas muertas y 200 heridas.

Ese personaje ya fue procesado y sentenciado a cuarenta años por la justicia ordinaria, y lo que está esperando luego de su liberación debido a lo acordado con las Farc es la aplicación de la justicia transicional.

Sus vacaciones en Venezuela son otro grave desafío a la sociedad, que le hace un grave daño a la credibilidad de la JEP y aumenta las dudas sobre la posibilidad de ofrecer impunidad total a quienes deben responder por hechos gravísimos e inaceptables contra los colombianos.