El retorno a la normalidad, tras dos meses de confinamiento, será un proceso complejo para los caleños y para los sectores de la economía que se reactivarán a partir del próximo primero de junio.

Por ello hay que reconocer los aportes y propuestas de los comerciantes del centro de Cali para regresar a sus labores y al mismo tiempo brindarles seguridad a los ciudadanos.

Entre sus ofrecimientos está la creación de un cordón de bioseguridad que abarque once manzanas con entradas definidas donde se realicen procesos de desinfección y pruebas de tamizaje a quienes deseen ingresar.

La iniciativa será complementada con la instalación de dispensadores de gel antibacterial y lavamanos, que se dispondrán en cada almacén.

Así, con propuestas responsables y el compromiso de asumir los cuidados que sean necesarios es como se puede comenzar a superar la emergencia en la que está ese gremio después de cumplir juiciosamente el aislamiento que se ha extendido ya por 60 días, con las consecuencias económicas y sociales que ha tenido el cierre obligado.

Es de reconocer el liderazgo de los comerciantes caleños para empezar a trabajar sin descuidar la salud de sus compradores, siendo los primeros del país en adoptar estas medidas como un sistema previo a la reactivación económica que se dará en 15 días.

Apoyarlos será la mejor forma de facilitarles este nuevo comienzo, y de empezar a recuperar los espacios públicos con responsabilidad.