La muerte de Michael Brown, un joven negro de 18 años que fue abatido por la Policía aunque estaba desarmado, ha destapado la frustración de los habitantes de Ferguson, en Misuri, Estados Unidos.El hecho ha generado disturbios violentos y fue el detonante para que la población se rebelara contra sus autoridades.Hace 20 años Ferguson era un suburbio de mayorías blancas, que fueron abandonando la ciudad por falta de oportunidades.Hoy, el 67% de sus habitantes son afroamericanos, empobrecidos, sin posibilidades de empleo y con necesidades insatisfechas.Mientras tanto, el poder sigue en manos de los blancos, como en el caso de la Policía, donde solo el 6% de efectivos son de raza negra.Por eso la protesta de Ferguson no sólo es para pedir justicia por la muerte de Brown; también es la voz de inconformidad de una población que siente que sus autoridades no los representan ni los protegen, cometen abusos y poco hacen por su bienestar.