La investigación que se adelanta contra 23 notarios a quienes se les acusa del plagio de trabajos de grado y falsificación de documentos para aspirar a esos cargos, es un escándalo de proporciones mayúsculas.El cargo de notario es más que burocrático, se trata del depositario de la fe pública.Y como sus funciones van más allá de una mera función administrativa, debe merecer la confianza de la sociedad, actuando con transparencia. Por eso, quienes hicieron trampa para concursar y recibir su nombramiento, han cometido no sólo una grave falta disciplinaria.Lo que hicieron fue un verdadero desafío a la legalidad y a los principios de decencia y decoro de la sociedad colombiana. Por eso, si se confirman los delitos de que se les acusa, deben tener una sanción ejemplarizante.