Con el fallo de la Corte Suprema de Justicia que ratifica la responsabilidad de ‘Iván Márquez’, entonces máximo líder de las Farc, en el asesinato de monseñor Isaías Duarte Cancino, se podría decir que el caso del magnicidio de quien fue arzobispo de Cali queda cerrado.

Hay, sin embargo, interrogantes por resolver, entre ellos si en el crimen intervinieron el narcotráfico o el paramilitarismo, además del grupo exguerrillero, como afirman personas del entorno cercano al prelado.

Por todos es sabido que monseñor Duarte Cancino alzó su voz para criticar a las organizaciones violentas, así como su nefasta influencia social y política en Cali y el suroccidente del país, razón por la que recibió amenazas que culminaron con su asesinato en marzo de 2002.

La Justicia condenó por el hecho a los cabecillas de las Farc por su responsabilidad directa o, como en el caso de alias Iván Márquez, como integrante del secretariado del grupo guerrillero.

La sentencia se suspendió ante las negociaciones de La Habana, y tras la firma del Acuerdo, su caso fue asumido por la Justicia Especial de Paz, JEP.

Al incumplir los acuerdos, ‘Iván Márquez’ quedó excluido de esa Jurisdicción y deberá pagar la sentencia de 25 años de prisión, como lo ratificó la Corte.

Queda la inquietud sobre qué pasará con los demás jefes guerrilleros condenados, uno de ellos hoy congresista, y si la JEP creará un caso especial para esclarecer, definitivamente, el crimen de monseñor Duarte Cancino.