Si ocho años atrás se hubiera iniciado la ampliación de la vía a Pance incluida en el paquete de las 21 megaobras, el caos vial del pasado lunes festivo seguramente no se habría presentado.

Tampoco se generarían los trancones que a diario padecen quienes buscan llegar a los colegios y universidades ubicados en el sector, o la congestión que suele ocurrir durante los fines de semana cuando aumenta la afluencia de turistas hacia el río y sus alrededores.

Pero no se pudo. Apenas ahora se están haciendo las obras de ampliación de la vía, que además de estar retrasadas no llegarán hasta donde se propuso inicialmente porque la plata no va a alcanzar, como ya se anunció.

En medio de esa realidad y del desorden vehicular que se presenta, la respuesta no puede ser la que dieron los guardas de Tránsito.

En vez de pedir a los visitantes que no vayan a Pance por la congestión vial, deberían dar soluciones para que la movilidad se normalice.

La organización del tráfico mientras concluye alguna vez la ampliación de la vía y el ejercicio de autoridad para que no se genere más caos, son las respuestas que esperan quienes viven en esa zona del sur de Cali, aquellos que tienen negocios que dependen del turismo y los caleños a quienes les gusta la tradición de ir al río Pance.