Desde hace varios años, la Universidad del Pacífico se convirtió en el botín del clientelismo y la corrupción.Y la consecuencia es que hoy presenta irregularidades de todo tipo en materia académica, administrativa, financiera y en su gobernabilidad, al punto en que ha tenido tres rectores en los últimos tres meses.Lo peor es que todo eso ha frustrado el intento de ofrecer una educación de calidad a los habitantes de Buenaventura y Tumaco. Por eso, el Ministerio de Educación Nacional le aplicó una medida preventiva a la Universidad, que la obliga a presentar y ejecutar un plan de mejoramiento para superar los escollos que enfrenta.Ojalá, la intervención pueda resolver la crisis de el centro educativo que pretendió ser un aporte al progreso y terminó prisionera de las malas prácticas y del clientelismo voraz al cual no le interesa la educación.