En momentos en que el boxeo mundial está en decadencia, se escucha de nuevo el nombre de Muhammad Alí, su más grande gloria de todos los tiempos.Alí llevó el pugilato a su máxima expresión, no sólo por su fortaleza y su capacidad deportiva que lo volvieron imbatible, sino porque hizo del boxeo un espectáculo internacional.Bautizado como Cassius Clay y convertido al islamismo, donde adoptó su nuevo nombre, Muhammad Alí se convirtió además en símbolo de muchas causas como la lucha contra el racismo o la objeción de conciencia, por lo que se negó a ir a la guerra de Vietnam.Hoy, afectado por el Parkinson, enfermedad de la que también es su vocero, y cuando cumple 70 años, el boxeo ‘le echa mano’ otra vez al más grande entre los grandes, en un esfuerzo por devolverle el brillo a ese deporte que en el siglo pasado acaparó la atención en muchos países gracias a él.