Los resultados de las elecciones extraordinarias para el Congreso del Perú demostraron el rechazo rotundo de los votantes a los partidos que de una u otra manera han ejercido el poder en ese país y tuvieron relación directa con la corrupción.

A partir de ahora, los partidos como el Apra, el fujimorismo y los que se negaron a adoptar los cambios para combatir las corruptelas, recibieron el rechazo.

Como consecuencia, ningún partido recibió más del 11% de la votación, lo que convierte al Congreso en una suma de minorías, por primera vez en muchos años.

Con ese resultado, el presidente Martín Vizcarra puede reclamar una victoria contra quienes hacían imposible el cambio que requiere su país para enfrentar la inmoralidad que se tomó la política peruana e involucró a cinco presidentes de la República Peruana.

Pero también tiene ante sí el desafío de construir el consenso que se requiere para sacar adelante el propósito de cerrar la puerta al gran enemigo de sus instituciones.

Y de dejar atrás la costumbre de usar el poder de las mayorías en el Legislativo para impedir el cambio que reclaman los peruanos, algo que niega y desconoce el veredicto de la democracia.

Una vez conocido el resultado de las urnas, los congresistas electos tendrán pocos meses para adoptar la legislación que le dé transparencia a la política en el Perú.