Hacer una conexión ilegal para obtener energía a más bajo precio o evadir su pago es un fraude a las empresas públicas cuyas consecuencias se reflejan en la calidad del servicio y en las pérdidas económicas para una entidad que es de todos los caleños. Que Emcali haya descubierto a través de operativos que 400 de sus clientes están cometiendo este delito no es ninguna novedad. Siempre se ha dicho que hay una mafia que coordina cómo hacer las conexiones fraudulentas, en la que supuestamente habría personas relacionadas con la empresa. Si bien la obligación de Emcali es realizar los operativos y enviar a investigación cada caso que se detecte para así desbaratar esa red, el robo seguirá mientras los caleños no tomen conciencia del daño que hacen al cometer este fraude.Que perjudica sobre todo a quienes sí pagan para obtener este servicio.