Las protestas de los taxistas por la piratería y la competencia que les ha aparecido es una muestra de que el transporte público está en mora de organizarse como corresponde.La demanda está desbordada y a la falta de buses del sistema masivo, que cubran las necesidades de los usuarios, se le añade el número cada vez mayor de vehículos que prestan el servicio de forma ilegal o las motos que se convierten en ‘taxis’.Lo que no se solucionará con una legislación que no interprete como debe ser los problemas que padecen los usuarios y la urgencia de un servicio acorde a la demanda.La respuesta no está en prohibir los servicios alternos que han aparecido y por lo que muchos están dispuestos a pagar más, sino en atender los cambios como se debe y obligar a que los transportadores públicos cumplan las normas, paguen impuestos en Colombia, soliciten las licencias respectivas y garanticen la seguridad de los usuarios.