El turismo es la fuente principal de sustento para miles de familias del Pacífico vallecaucano que han sufrido, al igual que tantos otros sectores de la economía regional, por el cierre que ha ocasionado la pandemia durante el último año y medio.

Por eso les hace tanta ilusión que se reactiven los viajes y los turistas regresen para esta temporada vacacional y de avistamiento de ballenas.
La llegada de un primer vuelo aéreo a Bahía Málaga, proveniente de Bogotá y con 60 pasajeros a bordo, así como el anuncio de otros dos más previstos para los próximos días, es un buen comienzo, que además supone la reapertura de esa ruta aérea suspendida desde hace años.
A ellos se suman decenas de turistas que viajan vía marítima desde Buenaventura para disfrutar de las opciones que brinda la costa vallecaucana.

La oferta no puede ser mejor: playas tranquilas como las de Juanchaco y Ladrilleros, paisajes naturales en los que se combinan el mar y la selva, la posibilidad de hacer deportes acuáticos en el océano y en los esteros, o disfrutar de un baño en las cascadas de La Sierpe.

Y en esta época un espectáculo único, el de la llegada de las ballenas jorobadas que viajan desde la Antártida hasta las cálidas aguas colombianas para tener a sus ballenatos.

Es el turismo ecológico, que junto a la oferta gastronómica y cultural de la región merecen ser consolidados como un renglón importante de la economía del Pacífico vallecaucano, en beneficio de las miles de familias que viven en él.