Se equivocaron quienes invocando razones de equilibrio ideológico intentaron sabotear el nombre de algunos de los candidatos que participaban en la elección de un nuevo miembro de la Corte Constitucional.No se puede usar la política partidista para descalificar a nadie y menos cuando se trata de elegir un magistrado cuyo compromiso es ser leal a la Constitución sin sacrificar sus convicciones, que usará para interpretar la Carta Magna ajustándose al derecho.Deja mucho que desear la campaña orquestada desde algunos medios de comunicación por una causa basada en un color político, como si la salvaguarda de la Constitución dependiera de ello.La ausencia de compromisos políticos de Luis Guillermo Guerrero, quien fue elegido ayer en la tarde por el Congreso, lo proyecta como el más confiable para defender la Constitución del 91, de la que fue artífice como asesor y conoce a fondo.