Está demostrado que la formación de los menores de cinco años reciben es vital para su desarrollo, para su calidad de vida y en su comportamiento en la edad adulta. Por eso es necesario reconocer el esfuerzo de la Administración de la ciudad al promover la campaña de ampliación de la cobertura de educación a los 156.000 infantes que carecen de esa posibilidad. Porque aunque ya se ha intentado darles la atención que merecen al poner en funcionamiento programas de madres comunitarias y salas cuna, esto no ha sido suficiente. El problema es visible en las calles en donde miles de personas con problemas físicos y psicológicos, padecen la tragedia que no hubieran vivido si hubieran recibido la atención oportuna que requerían. Además de crear más escuelas, e Estado debe proveer una formación adecuada a los menores de cinco años que les permita formarse como ciudadanos integrales para el mañana.