A Colombia no le basta que se declare la lucha contra la pesca ilegal en cercanías de la isla de Malpelo.Hay que actuar con firmeza para evitar que cada día lleguen barcos desde otros países a arrasar con la vida marina de esa zona, declarada patrimonio ecológico de la humanidad.Eso empieza obviamente por realizar el patrullaje que permita detectar y detener a quienes invaden las fronteras de Colombia en el Pacífico. Y también por aclarar los rumores sobre posible complicidad de miembros de la Armada Nacional, quienes estarían permitiendo la pesca ilegal en la zona.Lo que está pasando en Malpelo es un crimen cometido por pescadores ilegales contra el patrimonio ecológico no sólo de Colombia sino del mundo, que ha ordenado protegerlo por considerarlo un santuario marino único en el planeta.