La duodécima etapa del Tour de Francia, entre Montpellier y Mont Ventoux, será recordada como una de las más caóticas en la historia de esta competencia.Todo transcurría sin novedad con el inglés Christopher Froome aferrándose al liderato, con Richie Porte y Bauke Mllema rondando a su lado y sacándole minuto y medio de diferencia al colombiano Nairo Quintana y su grupo. Entonces, en los últimos dos kilómetros se dio un insólito espectáculo y pasó lo que se veía venir: la aglomeración de público en el camino obligó a una de las motos que transmitía la carrera a frenar abruptamente, Porte chocó con ella y provocó la caída de Fromme y Mollema.Con la bicicleta averiada, en medio de la angustia y la incertidumbre, Froome empezó a correr hacia la meta mientras el equipo Sky le entregaba una nueva. Así, llegó a 6,45 minutos del ganador perdiendo el liderato, por lo menos en su paso por la meta.Pero tras las protestas del inglés y de su equipo el Sky, los jueces decidieron echar para atrás el tiempo a partir del incidente, ratificándo a Froome como líder y dejando a Nairo en el tercer lugar de la clasificación general a 54 segundos de la primera posición. Así fue el caos que se vivió en el Tour de Farncia, en el que no se sabe qué es más injusto, si mantener al líder con la diferencia que llevaba al momento del accidente, o quitarle 30 segundos a Nairo Quintana y a los demás competidores que no tuvieron ninguna responsabilidad en el accidente.