La mula y el buey no habían tenido tanto protagonismo como el que les ocasionó la polémica por su presencia o no en el pesebre.Ahora se reconoce que la aparente orden del Papa Benedicto XVI de retirarlos de la representación de la Natividad fue malinterpretada.Y que incluso en el Vaticano, por disposición del Pontífice, los dos animalejos hacen parte de su decoración navideña.El pesebre es una de las tradiciones de mayor arraigo entre los católicos, desde que San Francisco de Asís, el santo de los animales y de la naturaleza, hizo la representación del nacimiento del Niño DIos.E incluyó en ella a la mula y el buey, que son ante todo animales que símbolizan la humildad y la solidaridad.Superados la polémica y las dudas, y entendiendo que el pesebre es ante todo una metáfora, ahora sí a poner en ella a la mula y el buey, como parte de la tradición católica.