Con la reglamentación de la ley que protege los datos personales, los colombianos tienen una herramienta importante para hacer valer su derecho a la intimidad.Su eficacia dependerá del respeto que tengan por esta ley las empresas y personas que acceden a la información de los ciudadanos. Y también de que cada colombiano esté atento al uso que se les da a sus datos, conteste las comunicaciones que le piden aceptar o rechazar mensajes, notifique por escrito cuando no quiere permitirlo y denuncie si considera que se están utilizando sin que lo haya autorizado.Al no hacerlo, las personas estarán aceptando que su información sea usada por quien quiera y seguirán siendo acosadas por la avalancha de avisos y notificaciones que no quieren recibir. Proteger la intimidad es una responsabilidad de todos.