La solicitud de conciliación de Ingrid Betancourt y su familia con el Gobierno, por lo daños causados por su secuestro, provocó revuelo en el país, pero sobre todo despertó el sentimiento de solidaridad de los colombianos con el Estado.Las declaraciones de amor de Ingrid al Gobierno y al Ejército después de su liberación, se contradicen con su inexplicable solicitud.Sin que se le nieguen sus derechos a reclamar, están las pruebas sobre su imprudencia y el desconocimiento a las advertencias de las autoridades, razones principales de su secuestro.Y están las demostraciones de la solidaridad que le ofrecieron los colombianos por las circunstancias que padeció en la selva.Aunque toda persona puede reclamarle al Estado cuando cree vulnerados sus derechos, cada caso debe verse de forma particular.Ojalá Ingrid cumpla con las declaraciones hechas el domingo en Caracol y se abstenga de iniciar un proceso absurdo.