El Deportivo Cali y el América andan por estos día con el credo en la boca, rezando para que las cuentas les cuadren y puedan meterse entre los ocho clasificados del torneo profesional de fútbol.Es la triste realidad que viven los equipos que otrora fueran líderes indiscutibles del balompié nacional, acostumbrados si no a alternarse los títulos, por lo menos a dar la pelea en las finales.Y si América y Cali hacen hasta lo imposible por coger el último impulso para clasificar, el Cortuluá se encuentra eliminado y su preocupación se centra en ver qué hace para evitar el inminente descenso que lo llevaría otra vez a la B.De tal tamaño es la crisis que vive el fútbol profesional en el Valle, que le suma a sus problemas económicos la irregular actuación de sus equipos, que ya no dependen tanto de sus capacidades como de las debilidades de los otros para meterse entre los clasificados.