Diez años han transcurrido desde que un sacerdote y once mujeres habitantes de los barrios Santa Teresita, Granada y Normandía decidieron crear la Fundación Plan de Apoyo Familiar.Su objetivo era brindarle acceso a la educación a niños de los sectores más deprimidos del oeste de Cali, al tiempo que ayudan con su manutención.Desde entonces centenares de menores han podido estudiar, gracias a las donaciones de 230 padrinos vinculados ya al proyecto.Su generosidad ha dado frutos, pues varios de los niños beneficiados hoy hacen parte de los programas de educación superior.Y seguramente en un futuro serán ciudadanos proactivos que promoverán el desarrollo en sus respectivas comunidades. Éste es un ejemplo de cómo se puede promover con eficacia la equidad social y la superación personal en sectores marginados.Felicitaciones a las gestoras de tan noble causa, digna de imitar.