Aún más inaceptable es que se reviva la estrategia de amenazar de muerte a periodistas para acallar su labor de informar.Ojalá el panfleto de los urabeños conocido ayer, no cumpla con el contenido publicado.Las amenazas contra ocho periodistas de la región y de medios como Q’hubo, El País, Caracol Radio, Noticiero del Pacífico y emisoras locales de Buenaventura, es un atentado en contra de la libertad de prensa en Colombia.Y como en el caso de Palmira demanda de la acción de las autoridades para proteger a quienes han sido puestos en la mira de la banda criminal.Que a nadie se le olvide que Colombia es un país libre, que no puede volver a la práctica de las amenazas con la que se trata de silenciar el periodismo.