La vía Panamericana que comunica al Valle, Cauca y Nariño y es la salida de Colombia hacia el sur del continente, es esencial para la economía y la productividad de la región así como para la movilización de sus habitantes.

Por eso debe escucharse la alerta que han lanzado en conjunto los Comités Intergremiales de los tres departamentos sobre un eventual bloqueo que realizarían comunidades campesinas y étnicas antes de finalizar el mes de octubre.

Las razones de las protestas serían los supuestos incumplimientos de los pactos hechos por el Gobierno Nacional en los años recientes.

Hay que recordar que ese es también el motivo que han utilizado algunos integrantes de resguardos indígenas del Cauca para tomarse a la fuerza propiedades privadas, causar vandalismo y destrucción e incluso retener a miembros de la Fuerza Pública en cumplimiento de sus obligaciones.

SI bien la protesta es un derecho de los colombianos que se debe respetar, el Estado está en la obligación de defender el interés general.

Por ello se deben tomar en cuenta las inquietudes de los gremios del suroccidente del país para que se analice la situación, se tomen las medidas que sean del caso y se intervenga para disuadir cualquier intención de unas minorías para bloquear la carretera Panamericana.