Trece años después de que el puente El Piñal, a la entrada de Buenaventura, fuera dinamitado por la guerrilla, se anuncia para la próxima semana la adjudicación de la licitación para las obras de recuperación.La noticia es buena para la ciudad portuaria y para el transporte de carga, de pasajeros y particular, que por más de una década ha padecido los inconvenientes de movilización que generó la destrucción del puente.Pero al mismo tiempo demuestra cómo ha sido el absurdo manejo y la indiferencia con los que el Estado ha tratado los problemas de Buenaventura.Ahora hay que esperar que los $11.000 millones que se han asignado a la obra sean suficientes y no se queden cortos como lo han pronosticado algunos grupos de ingenieros.Porque nada sería más frustrante, como ha sucedido ya con obras que debían beneficiar a Buenaventura, al Valle y al comercio internacional a través de este puerto, que la reconstrucción de El Piñal se quede a medio hacer.