España y el mundo le pidieron durante años a la organización terrorista vasca ETA que entregara las armas y dejara a un lado su lucha violenta.Pese al clamor de los españoles se negaron a buscar un camino para el entendimiento que mantuviera la paz en la región.Ahora ese grupo, que se dedicó 50 años a cometer atentados, matar gente inocente y sembrar el miedo reivindicando la independencia de su región, dice que tiene el propósito de entregar antes de que se acabe este año todo el armamento que aún esconde.La derrota que ha sufrido la ETA, perseguida, diezmada y repudiada por los españoles, por Europa y por el mundo, no le deja otro camino y saben que es ya y ahora.Pero el Gobierno no está dispuesto a facilitárselo porque no se trata sólo de hacer un inventario y entregar revólveres, granadas o municiones.También es necesario reconocer y reparar a quienes han sido víctimas de sus actos terroristas, y recibir los castigos que se merezcan.