aquí se decida destinar menos del cinco por mil del presupuesto municipal al que sin duda es el problema que más preocupa a los caleños sin distinción alguna.

Terminado el trámite que debe surtirse ante el Concejo, Cali tiene aprobado su Presupuesto para el año 2011. Con lo cual se conocen ya los lineamientos de lo que será la acción del Gobierno Municipal en sus últimos doce meses de gestión.Ciertamente, y como lo hicieron conocer los concejales Nelson Garcés y Rodrigo Guerrero mediante un comunicado, el presupuesto aprobado deja muchas inquietudes. La primera de ellas es la reducción en las partidas destinadas a la seguridad de la ciudad. Sigue siendo difícil de entender que mientras las otras ciudades de Colombia comprometen porciones crecientes de su presupuesto a apoyar la Policía y defender la convivencia, aquí se decida destinar menos del cinco por mil del presupuesto municipal al que sin duda es el problema que más preocupa a los caleños sin distinción alguna. En otros términos, que de sus ingresos el municipio invierta apenas $5.125 por cada habitante de Cali es un mensaje de que el Gobierno de la ciudad no considera prioritaria la recuperación de la seguridad, quizás pensando en que el esfuerzo corresponde a las autoridades nacionales. Mala señal que debe sumarse a lo poco que el presupuesto aprobado el pasado lunes dedica a actividades tan necesarias como la prevención de desastres, la atención a los damnificados o el apoyo a entidades que de varias maneras han contribuido a defender a la ciudad de las amenazas de la naturaleza.Pero mientras eso ocurre, se destinan $10.000 millones a un discutible programa como los Guardias Cívicos, sin realizarse una evaluación sobre su resultado. Son cientos de personas contratadas, cuya labor ha sido cuestionada por muchos caleños, al punto en que se relacionan directamente con los intereses políticos de los gobernantes y de algunos concejales de Cali. Hoy se pregunta por qué se aprueba esa partida en tanto se recorta el presupuesto para los guardas de tránsito, no obstante las dificultades que ya empiezan a presentarse por la construcción de las llamadas megaobras.Y las obras públicas son otra gran preocupación. ¿Acaso al aprobar una partida de $50.000 millones para la reconstrucción del Estadio olímpico no se dijo que tal cifra sería suficiente? Siendo así, ¿por qué se incluyen en el presupuesto $20.000 millones más para esa obra? Todo ello sin olvidar que a los caleños no se les ha explicado por qué se han usado entidades como la Emru y el Fondo Mixto para la Promoción del Deporte para realizar contratos multimillonarios que evaden los procedimientos establecidos por la ley de Contratación. ¿Acaso en el 2011 seguirá usándose el mismo procedimiento? También son muchas las inquietudes que existen sobre partidas que como el “Programa de Recreación a través de ciclovías comunitarias” reciben generosos aportes manejados a discreción por la Administración Municipal, en época electoral y sin importar si responden a las realidades de la ciudad. Por eso hay que pedir respuestas de la Alcaldía y el Concejo sobre la forma en que fue elaborado el presupuesto. Los recursos de Cali no pueden ser administrados sin consultar las necesidades de la ciudad y su gente.