Al Valle del Cauca no lo va a detener la bajeza política de quien debería velar por el progreso de una región que tanto le aporta a la Nación. Frente a la negativa del Presidente de la República de firmar, antes de que entrara en vigencia la Ley de Garantías, el Conpes que garantizaba la cofinanciación del 70% de los recursos financieros necesarios para construir el Tren de Cercanías, la región buscará soluciones efectivas que no paren el proyecto más ambicioso para la comarca.
De los reclamos, más que justos, al Primer Mandatario por lo que fue otro de sus incumplimientos hacia esta parte del país, se está abriendo paso un frente común que permita encontrar soluciones para que no se paralice la continuidad de una obra en la que el Departamento, junto con las alcaldías de Cali, Jamundí, Yumbo y Palmira, así como el acompañamiento de entidades del orden regional e internacional ha trabajado desde hace una década. Es la respuesta con la que se demuestra la unidad de los vallecaucanos y su capacidad de sacar su temple cuando más se necesita.
Hay que recordar que el Tren de Cercanías surtió en este tiempo todos los estudios de prefactibilidad y factibilidad que determinaron la viabilidad del proyecto. Serán, cuando se concluya, 73 kilómetros de vías férreas que unirán a la capital del Valle y a los municipios que lo rodean, pero que además podrían extenderse hacia el centro y norte del Valle a futuro, convirtiéndose en el mejor servicio de conectividad de la región, capaz de movilizar a cientos de miles de ciudadanos cada día, en menor tiempo y con menos carga de contaminación.
El primer tramo, que conectará a Jamundí y Cali, tendrá 23,1 kilómetros de largo y contará con 21 estaciones. Es la solución a los problemas de congestión y a las demoras que ella causa en la vida cotidiana de miles de personas que se trasladan entre las dos ciudades a estudiar, trabajar, a acudir al médico, ‘hacer vueltas, o dormitar. Empezar más pronto a mejorar su calidad de vida al contar con una buena conectividad, fue lo que les negó el presidente Gustavo Petro. En una segunda y tercera fase se harán las líneas hacia Palmira y Yumbo, con desviación hacia el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón.
El potencial que tiene el Tren de Cercanía es enorme, por ello es de interés para la comarca y también para inversionistas privados o para que bancos de desarrollo y gobiernos internacionales se conviertan en sus apalancadores. El 30 % de los recursos que deben aportar el Departamento y los municipios ya están asegurados, lo que se espera facilite hacer una Alianza Público Privada, APP, o buscar financiamiento fuera de Colombia.
En ello ya trabajan de forma juiciosa la Gobernadora del Valle, el Alcalde de Cali y la alcaldesa de Jamundí, junto a los diferentes gremios regionales, a la espera además que quien asuma como Mandatario de Colombia en 2026 honre el compromiso de la Nación con nuestro Departamento.
En todo caso, la negativa del presidente Gustavo Petro y de su Gobierno no detendrá el progreso del Valle del Cauca, de Cali y de sus demás municipios. El liderazgo que se ejerce desde diferentes sectores, junto con el apoyo ciudadano, permitirán que el Tren de Cercanías sea una realidad, ojalá en los tiempos que están previstos y sin que los costos se desborde. La unidad hará la diferencia.