Con apegos dependientes eres un preso, y te liberas y tienes paz si amas con libertad.

Con los apegos eres un esclavo de las posesiones, aferrado desesperadamente, a lo que ves como tuyo.

La verdad es que todo es prestado, pero tú crees que es tuyo y que sin eso no puedes vivir.

El Padre dispuso el universo para sus hijos, pero muchos piensan que algo o alguien es indispensable.

Con razón un sabio le dijo a un rico soberbio: “Los cementerios están llenos de indispensables”.

Es muy poco lo que realmente necesitas para poder subsistir, y para ser feliz y tener paz interior.

Te aferras desesperadamente, a personas o a pequeñas porciones de materia y actividades.

Creas ataduras con un número muy limitado de seres queridos a los que te aferras. ¡Ámate y libérate!