¿A cuáles vallunos vivos leen los escritores vallunos? El más leído es Horacio Benavides (quizá escriban regular pero leen bien). El segundo lugar lo comparten Elvira Alejandra Quintero, Orietta Lozano, José Zuleta, Carlos Patiño, Gerardo Rivera, Harold Kremer y Fernando Cruz. En un tercer grupo aparecen Gustavo Álvarez, Fabio Martínez, Medardo Arias, Antonio Zibara y Harold Alvarado.

El dato lo entresaco del libro Atisbos, una compilación de reseñas críticas, entrevistas, cuentos y poemas de autores vallecaucanos realizada por Humberto Jarrín, escritor, profesor de literatura, investigador del lenguaje y gestor cultural (nota: el libro no contiene encuestas de lectura. El cálculo de las preferencias lo hice sobre las respuestas de los escritores a las entrevistas que les hizo Jarrín). Atisbos son más de 600 páginas editadas con lujo en dos volúmenes por la Universidad Autónoma de Occidente, ilustrados con 100 fotografías de 20 escritores del fotógrafo Andrés Rozo Samer.

Con excepción de Rivera, Alvarado, Cruz, Zibara y Álvarez, integran el libro los autores mencionados arriba y Julián Malatesta, Amparo Romero, Omar Ortiz, Orlando López y Alberto Esquivel.
También estamos Felipe García Quintero, Juan Fernando Merino, Fabio Ibarra, Hernando Urriago, Jorge Eliécer Ordóñez, Javier Tafur, Tim Keppel y yo.

La obra mereció el Premio a Proyectos Culturales 2018 de la Gobernación del Valle y Mincultura. Puedo equivocarme, pero creo que estamos ante la primera enciclopedia de literatura vallecaucana en papel en 109 años de historia del Departamento. Hasta ayer solo había un trabajo comparable con Atisbos: la sección de literatura del Centro Virtual Isaacs, el magnífico Portal Cultural del Pacífico Colombiano que, dicho sea de paso, necesita, como tantos buenos sitios de la academia, actualización y promoción.

Como señalé arriba, Atisbos es varias cosas a la vez: la parte crítica contiene 20 ensayos de Jarrín, uno por cada escritor. Hay una parte ‘antológica’, digamos. Está formada por cuentos y ensayos escogidos por los propios escritores. Las entrevistas, también realizadas por Jarrín, están enfocadas a recoger las opiniones de los escritores sobre la literatura del Valle, y a la reflexión sobre algunos aspectos de la creación literaria.

¿Por qué incluir entrevistas en una obra de carácter enciclopédico? Jarrín ensaya una respuesta en el prólogo: “La pregunta inventó el mito, la ciencia, incluso la docencia si consideramos que con la mayéutica, la palabra paridora, la filosofía trató de explicar y enseñar el mundo. Pero antes, la poesía ya había inventado la interrogación para que el mundo y las cosas pudieran ser”. 

Finalmente, está el impecable trabajo fotográfico de Rozo, el primer estudio de escritores del Departamento.

Es bueno aclarar que Atisbos no pretende señalar los mejores autores del Valle. Los 20 incluidos lo estamos solo porque alguna vez participamos en el ‘Encuentro con el autor y su obra’, un espacio de conversatorios y lecturas que Jarrín se inventó en la Autónoma. Fueron encuentros muy valiosos pero casi secretos. Para ventilar la cosa, Jarrín tuvo la brillante idea de hacer el libro.

En Cali hay creadores que, en paralelo a su obra, hacen una gestión cultural admirable. Con el riesgo de omitir muchos nombres queridos, menciono a Juan Merino, Orlando Cajamarca, Diego Pombo y Beatriz Monsalve. Hay que añadir a esta lista de gestores imprescindibles el nombre de Humberto Jarrín.

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