La Pandemia produjo un cambio en la actitud mundial frente a la República Popular China. Y, también, en la actitud de China frente al mundo.

Ya no es solamente el ambicioso programa de la ‘Ruta de la Seda’ sino una visión más abierta de ese país hacia el mundo y un ejercicio inteligente de lo que se denomina la ‘diplomacia de la vacuna’. Además China aprovecha los espacios que Estados Unidos ha venido abandonando o subestimando. Uno de ellos el del multilateralismo, que ahora Biden busca recuperar y el de Latinoamérica que, de igual manera, Biden tiene la gran oportunidad de incorporar a sus prioridades de política exterior.

Ya lo está haciendo con Centroamérica y Suramérica está en la lista. No es sorprendente, entonces, que se haya producido una aproximación, que puede tener características históricas, entre China y Colombia.

Sigo la relación China y Latinoamérica gracias al banco de datos que al respecto tiene el Diálogo Interamericano, a los estudios de Margaret Myers y los de Evan Ellis. Ha sido notoria la precariedad de la relación bilateral Colombia-China. Sobresaliente el tema de las exportaciones nuestras de carbón y petróleo, que convertían a China en nuestro segundo socio comercial. Pero en materias como préstamos financieros o inversiones chinas no había punto de comparación con otros países suramericanos y, más recientemente, con Panamá y otros países centroamericanos y del Caribe.

La más impresionante es la relación entre Venezuela y China, aunque parece que en los últimos cuatro años no tiene la misma dimensión. Los préstamos de China a Venezuela sobrepasan los US$60.000 millones. En esencia, su petróleo como forma de pago está hipotecado y no precisamente a buen precio. Ecuador, Perú, Argentina, Brasil y Chile, cada vez más se han beneficiado no solamente de préstamos sino de inversiones de gran envergadura y en sectores muy estratégicos, grandes proyectos de infraestructura, distribución de electricidad, puertos, etc. Inclusive, ya hay relaciones entre los sectores militares y de policía y, no sobra decirlo, intercambios de estudiantes y profesores.

Por ello fue tan sorprendente que por allá a mediados de febrero nos informaran que el presidente Duque había tenido una conversación de media hora con el presidente Xi Jinping. Luego vino el anuncio de la llegada de vacunas chinas que son las que se están aplicando en estos días, se divulgó un video en el cual el Presidente chino se dirigía a Colombia en los mejores términos y auguraba un futuro mejor en las relaciones bilaterales; señalaba los progresos en la exportación de productos colombianos no energéticos. El Tiempo, 1 de marzo, hizo un publirreportaje que nuestro Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y la Sociedad colombo-china habían promovido sobre China. Allí, en cinco páginas, se recogen datos y opiniones similares a los señalados en el video ya mencionado y se habla del ascenso de China en el mundo y de cómo es el mercado internacional más importante.

Luego vendría la amable carta del presidente Biden, 17 de febrero, y la visita de la Ministra de Relaciones Exteriores de España, la donación de US$145millones, todo ello dentro del marco de las felicitaciones al presidente Duque por el ejemplo de diplomacia humanitaria. Estos y otros hechos significativos muestran que en febrero y marzo se ha fortalecido la posición de Colombia en el mundo.