El próximo 18 de enero se pondrá en subasta en Roma una villa de 2800 metros, en el corazón de la capital italiana, bastante deteriorada, construida en el Cinquecento, pero que conserva un gran patrimonio artístico y de manera especial el único mural que se le ha conocido a Caravaggio, el famoso pintor italiano. En esa inmensidad de inmueble de seis plantas, vive en medio de paredes lamentables, humedades y recuerdos nostálgicos, Rita Jenrette, actriz texana, quien fue la tercera esposa del noble Nicoló Boncopagni Ludovisi, quien falleció en 2018. El valor del predio es de 528 millones de dólares, cifra ansiada por Rita para salir de su ‘pobre’ situación y además arreglar los litigios con los hijos de las diferentes relaciones del difunto aristócrata.

Esta historia me trajo el recuerdo de la elegante inauguración del hotel Intercontinental en Buenos Aires. Fuimos en representación de la compañía propietaria del hotel de Cali, Luis Ernesto Sanclemente (Qepd), Armando Lloreda y yo. Empezó la velada, nos sentamos con otros representantes de hoteles latinos y de pronto una atractiva cincuentona acompañada de un anciano de bigote engominado y leontina, nos preguntó: “¿El señor conde y yo nos podemos sentar con ustedes?”, obviamente accedimos y a los cinco minutos una imprudente señora de Caracas le preguntó a la condesa: “¿De verdad, querida, eres condesa? ¿Y de dónde?”. Esta le contestó que su marido era un conde búlgaro que por razones políticas en su país había terminado en Argentina. La veneca arremetió con tantas preguntas que todos en la mesa sufríamos: “¿Por qué no te he visto en ‘Hola’?”. “¿A quiénes conoces de los hijos de la reina Isabel?”. “¿Te invitaron al matrimonio de la hija de Juan Carlos de Borbón?”. “¿No? ¿Y porque te negrearon si eres de la nobleza europea?”. La pareja, después de un cuchicheo en el que el conde dejo caer hasta la leontina, nos pidió permiso para ir al baño y jamás regresaron por obvias razones.

El mundo está lleno de casos de nobles empobrecidos. España por ejemplo, construyó los paradores turísticos para solucionar la cantidad de castillos y mansiones abandonados por duques y marqueses con blasones y sin billete. Los abuelos terratenientes tienen hijos minifundistas por la ‘reforma agraria de la bragueta’, como se le llama en nuestro valle del Cauca a la repartición generacional de las tierras.

Lo cierto es que el mundo cambió, Los originadores de la fortuna están en nuevos sectores de la economía y solo el trabajo perseverante, innovador y la calidad humana dejan huella para siempre. Como los Medicis en su largo periodo. Lo demás sirve para rumiar nostalgias y lamentaciones que podría pintar genialmente Caravaggio.