Recientemente el publicista y colega de columna Mario Fernando Prado hizo un generoso concierto de piano en el admirado Zoológico de Cali . El propósito, ya realizado en Europa, era acompañar a los habitantes del lugar en estas épocas de pandemia y estimularlos sensorialmente.
Sin embargo, fuentes confidenciales me cuentan que una vez Mario Fernando hizo el anuncio e inició el concierto, fueron apareciendo muchas personalidades de nuestra comunidad, solidarias con las especies residentes en el zoológico. Las almas de algunos ausentes se mezclaron con todos los visitantes que aún deambulan en el planeta tierra y fue así como el concierto generó un agradable desconcierto, pues allí se vio al ‘Mico’ Góngora Reina conversando con la ‘ballena’ Sanclemente y con el ‘tigre’ Donald Rodrigo. Deportistas muy queridos como el ‘Palomo’ Usuriaga disfrutaron la versión de ‘Caballo Viejo’ con el ‘pulpo’ Viera, el ‘camello’ Soto y el ‘chigüiro’ Benítez. Más adelante se les integraron la ‘perra’ Carrillo, el ‘toro’ Cañas y la ‘pantera’ Tréllez.
Hubo emoción con la entrada del ‘mamut’ Dorronsoro junto con la ‘morsa’ Cardozo, el ‘pato’ Holguin y el ‘potro’ Sierra.
Estuvieron familias enteras muy bien representadas. Los González por ejemplo, trajeron una ‘mirla’, un ‘gato’ (distantes estos entre sí, obviamente) y especies tan extremas como el ‘tiburón’ González y hasta una ‘hormiga’ con ese apellido.
No podían faltar los domésticos, siempre unidos. Entraron los ‘pollos’ Holguin Beplat y los ‘marranos’ Villegas Villegas. Los gatos fueron cuatro: El ‘gato’ Pérez, el ‘gato’ Juri, el ‘gato’ Silvio Velasco y el ya mencionado ‘gato’ González a quien le tocó maullar en varias mesas. Obviamente muy lejos de estos felinos estuvieron el ‘cachorro’ Merizalde y la ‘perra’ Carrillo. Hasta el ‘conejo’ Leyva participó.
El concierto atrajo personajes de ciudades vecinas: desde Popayán vino RinoCerón Valencia y de Buga el ‘pony’ Danilo Varela y el ‘Gurre’ Navia.
El registro gráfico estuvo a cargo de la ‘rata’ Carvajal, como en sus mejores tiempos de Caliwood.
Cuando el emocionado pianista dejó de tocar para buscar la ouija y concluir el concierto, los asistentes escucharon desde Paloma San Basilio hasta el ‘Mono’ Núñez y coincidieron en la magia de la música y en cómo a través de ésta se hizo una reunión irrepetible que asustó hasta a los residentes del zoológico quienes aún no salen de su asombro ni de sus jaulas.