1. Laureano Eleuterio. Dicen que el liberalismo les ganó a los godos debido a los nombres de sus presidentes: Laureano Eleuterio, Mariano, Belisario, Misael. Los liberales, en cambio, tuvieron a Enrique, Alberto, Alfonso (tres veces), Carlos, Julio César, Virgilio, todos de renombre universal.Este cuento aparte, Laureano Gómez fue un ingeniero que lucía como abogado, hablaba como orador insuperable, fungía como humanista, ejercía como dialéctico y tumbaba ministros y corruptos como lo que siempre fue: El hombre tempestad que con el trueno de su voz colma y llena las oquedades del abismo y del pecado. Fue el monstruo para la corrupción, para sus contradictores. Pero terminó, con Alberto Lleras, configurando el Frente Nacional que sepultó la violencia política de entonces.Murió de 76 años, en 1965. Yo terminaba estudios en la Javeriana y un amigo de su familia me invitó a conocer al gran líder en su refugio de Santandercito. Daba sus últimos pasos. Pero pude conocerlo por un rato. Me ericé (más que la Grisales) porque era un semidios en cuya religión nunca milité. Lo seguí observando a través de su hijo, Alvaro Gómez, tan igual y tan distinto.2. Álvaro-Álvaro. El próximo domingo, 2 de noviembre, se cumplen 19 años del magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado (1995). Curioso: murió, como su padre, a los 76 años. Algunos biógrafos han llegado a aventurar que el suyo fue un crimen de Estado debido a que su actitud contra el régimen podría haber inducido un golpe de Estado. Que la Justicia juzgue. Que la historia hable.Nunca fui alvarista pero siempre admiré al jurista, al historiador, al periodista, al político, al orador, al humanista. Su efigie recordaba al actor Humphrey Bogart. Gómez ejercía como tal. Hablaba con su voz grave, ahuecada y hablaba con unas manos que manejaba y cuidaba con celo: como era microbiano, un gran sacrificio como político le obligaba a recibir las cargas bacterianas de sus multitudes venerandas.El liberalismo jamás le perdonó su participación en el gobierno de su padre (y en el de su sucesor, Urdaneta Arbeláez). Le endilgaron, con Jorge Leyva, la conformación de un binomio siniestro contra el partido rojo.Fue uno de los mandatarios de Colombia que no pudo ceñir la banda presidencial ni ocupar el solio de Bolívar. Candidato contra Alfonso López Michelsen en 1974. Derrotado de nuevo por Virgilio Barco en 1986.En 1990 dio un triple salto mortal para desdibujar cualquier raigambre de sectarismo conservador. Le ganó César Gaviria, en memoria de otro mártir nacional, Luis Carlos Galán. Formó, entonces, el Movimiento de Salvación Nacional a fin de postular un fraternal Acuerdo sobre lo Fundamental. Lo acompañó el hijo del expresidente Carlos Lleras Restrepo, quien había sido uno de sus mayores oponentes históricos. Tampoco funcionó por allí. Al tiempo, aplicó todas sus energías en combatir el régimen, encarnado, luego se pensó, en el gobierno de Ernesto Samper.3. Galán, Gómez Hurtado y tantos más. Galán, hace 25 años. Gómez hace 19. Y muchos más de aquella era fatal en la que mataron a todo el mundo. Lo que nadie ha podido matar es su legado, su prestigio, sus valores, su historia personal, inscrita en los anales de la Historia Grande de Colombia.