El humo de la cuarta fumata del cónclave salió blanco este jueves, 8 de mayo, anunciando que ya hay un nuevo Santo Padre para la Iglesia Católica, quien será el sucesor de Francisco.
Robert Francis Prevost, el nuevo Papa que será llamado León XIV, salió al balcón para saludar a los fieles y desató una lluvia de emociones en la conglomeración de personas que se encontraban en la Plaza de San Pedro.
En los 40 minutos que mediaron entre el momento en que sale la fumata blanca y se escuchó el ‘Habemus Papam’, el nuevo Sumo Pontífice entró en la ‘habitación de las lágrimas’ para vestirse y regresó a la Capilla Sixtina para celebrar una pequeña ceremonia con una oración y un pasaje del Evangelio.
En ese momento, todos los cardenales demostraron su obediencia y después cantaron el Te Deum. Además, por primera vez, el nuevo Pontífice fue a la Capilla Paulina a rezar unos minutos.
Las primeras palabras de León XIV
Al asomarse al balcón frente a la Plaza de San Pedro, visiblemente emocionado el papa León XIV hizo su primera intervención pública haciendo alusión a la paz.
“Quisiera que este saludo de paz llegue hasta sus corazones, les alcance a todas sus familias, a todos los pueblos, a todas las personas y a toda la tierra. La paz esté con ustedes”.
Sus palabras también tuvieron un espacio especial para recordar al papa Francisco, con quien tuvo una cercanía especial.
“Todavía conservamos en nuestros oídos esa voz débil pero siempre valiente del Papa Francisco que bendecía a Roma”.
“Permítanme dar continuidad a esa misma bendición. Dios nos quiere mucho, nos ama a todos. Y el mal no prevalecerá”, añadió e invitó a todos los fieles a caminar juntos para sacar adelante esa patria “que Dios nos ha preparado”.
Y como una forma de rendir homenaje a su descendencia latina, el Papa pidió permiso para hablar en español y saludó a sus feligreses peruanos recordando a su “querida diócesis de Chiclayo”.
“Y si me permiten también una palabra, un saludo a todos aquellos, en modo particular, a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú”, dijo en medio de la emoción que le significó ese momento.
Al finalizar su discurso, León XIV, quien pertenece a la orden de San Agustín rezó el Ave María e impartió la primera bendición como Papa a los miles de fieles católicos agrupados en plaza.