Sin duda, Bad Bunny es uno de los artistas latinos del momento, sus convocatorias llenan estadios en cualquier parte del mundo para sus tan esperados conciertos.
Precisamente, desde julio comenzó una lista de conciertos en su natal Puerto Rico, los cuales se intensificarán en los próximos días para luego presentarse en República Dominicana, Costa Rica y México, comenzando su gira mundial en diciembre.
En cifras, sus 30 presentaciones en tres meses, han generado unas 480.000 entradas.
Además, se calcula que 600.000 espectadores habrán gastado unos $250 millones hasta el 15 de diciembre, solo en boletos, cuando deje la residencia en San Juan, titulada 'No Me Quiero Ir de Aquí’.
Se espera que el impacto económico sea favorable justo en esta época del año, que es temporada de huracanes, donde el turismo cae hasta un 45 % y los precios de alojamiento hasta un 50 % durante la temporada, por lo que estos conciertos son un respiro para el sector y la economía.
Discover Puerto Rico calcula un impacto conservador de 200 millones de dólares. La Fundación para Puerto Rico también sostiene que el impacto podría alcanzar los 215 millones de dólares, con gran parte beneficiando a San Juan, donde quedaría unos $170 millones.
“Es un momento increíble para la isla”, afirma Davelyn Tardi, de la agencia de promoción Discover Puerto Rico.
A su vez, se generaron cerca de 3.600 empleos y las reservas de hotel equivalentes a 40.000 habitaciones ocupadas.
Pero los beneficios no son solo para la capital, San Juan, sino que ciudades cercanas también se han visto impactadas positivamente, por ejemplo, Airbnb reportó un aumento del 140 % en búsquedas, además se han multiplicado las reservas para tours turísticos.
Azael Ayala trabaja en un bar de La Plactia uno de los punto de ocio nocturno más populares de San Juan. Cuenta a la AFP que el negocio va viento en popa.
“La situación ha cambiado por completo” esta temporada, afirma Ayala, de 29 años. “Estamos encantados (...) Las propinas están por las nubes”.
Pero no solo importa el bolsillo. El hecho de que venga gente de todo el mundo a ver a Bad Bunny “también es un orgullo para Puerto Rico”, añadió.
Arely Ortiz, una estudiante de 23 años de Los Ángeles, no pudo conseguir entradas para ver a Bad Bunny, aun así, la figura de su ídolo le empujó a viajar por primera vez a Puerto Rico.
“Me encanta lo abierto que es con su comunidad (...) Anima a más latinos a ser capaces de ir a por lo que quieren. Sin duda ha empoderado a los latinos”, explica.
Con información de AFP.