Cuando el docente Patrick Lavelle habla con su hija Aurelie, que vive Lyon, Francia, le cuenta que en Cali la temperatura ha aumentado en los últimos días y, que debido al calor, las dos caninas, ‘Cora’ y ‘Pepa’, ya no quieren acompañarlo en sus caminatas por el cerro de Las Tres Cruces.
También, que las plantas en el patio de su casa empiezan a quemarse por el sol tan caliente.

Pero lo que ella le relata al otro lado de la línea lo deja aún más preocupado, porque en Europa la situación es más grave que en Cali, con temperaturas que superan los 40 grados centígrados. “Abrimos las ventanas en la noche para refrescar la casa pero, en la mañana, cuando la temperatura comienza a subir, las cerramos, al igual que las puertas”, le describe la comunicadora social a su padre, habitante del barrio El Bosque. Y le comenta que el desespero de la gente es tal, que muchos se sumergen en el lago que está cerca de su vivienda para tener un poco
de alivio.

Noticias similares y tragedias causadas por la variación del clima o cambio climático llegan de todas partes del mundo. Inundaciones, sequías y todo tipo de emergencias derivadas de este fenómeno ocupan titulares, se discuten en conferencias y en cumbres climáticas, como las que se realizan desde hace 25 años en un país distinto, conocidas como Conferencia de las Partes (COP).

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Mucha razón tienen quienes afirman que se trata de la mayor amenaza a la que se ha enfrentado la humanidad en toda su historia.

De ahí que son urgentes las acciones de mitigación, como reforestar, mantener la cobertura vegetal de la tierra y evitar el uso de combustibles fósiles, como carbón y petróleo y, en general, cuidar la naturaleza. De no hacerlo, seguirán emitiéndose a la atmósfera enormes cantidades de gases, los cuales se sumarán a los que se liberan de forma natural, aumentando el efecto invernadero y el calentamiento global.

Al respecto, Mauricio Quintero Ángel, doctor en ciencias ambientales y docente de Univalle, afirmó que “existe evidencia científica que demuestra que a partir de la revolución industrial, con el mayor consumo de dichos combustibles, la concentración de gases de efecto invernadero ha aumentado, lo que ha generado el calentamiento del planeta y los cambios en las condiciones climáticas”.

Dado que esas “variaciones se dan a largo plazo, a veces no las percibimos en el día a día y por eso no las tenemos como prioridades, pero resulta que sí se manifiestan en el clima”, indicó a El País el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Ricardo José Lozano, quien además subrayó que es importante tener la visión de que el cambio climático no es para el año 2050, sino para hoy y que, en el caso de Colombia, desde hace 30 años se empezaron a identificar los impactos del calentamiento global. Desde ese entonces, se viene trabajando en los dos frentes: mitigación y en adaptación.

América Latina va por buen camino

Recientemente, la Fundación Avina y la plataforma LatinClima reunieron a 40 periodistas de América Latina en el programa ‘Diálogos virtuales sobre cambio climático’, en el que diez expertos explicaron cómo este fenómeno se relaciona directamente con la salud, las migraciones y la crisis hídrica, entre otros aspectos.

Es de anotar que LatinClima es un centro de información sobre la comunicación en cambio climático para América Latina y el Caribe, en tanto que la Fundación Avina se enfoca en producir cambios a gran escala para el desarrollo sostenible de la región.

La primera de dichas sesiones se denominó ‘Los Retos de América Latina hacia la COP25’, en la que la presidenta de Periodistas por el Planeta, Laura Rocha, y director internacional de la Fundación Futuro Latinoamericano, Hernán Blanco, se refirieron al panorama de la región, cuando faltan apenas cuatro meses para que líderes mundiales asuman su compromiso para dejar de impactar al planeta. Esto será durante la en Chile, del 2 al 13 de diciembre del presente año.

Ambos expertos se mostraron optimistas por el contexto en que se desarrollará esta cita global, sin desconocer que “llevamos 25 cumbres y pocos avances”, enfatizó Rocha, quien como periodista, ha cubierto varias conferencias de las partes.

A su vez, Hernán Blanco, responsable para Chile de la Fundación Avina, aseguró que hoy se percibe un sentido de urgencia respecto a la acción climática. Recordó, por ejemplo, que la ONU está haciendo un llamado urgente a ser más ambiciosos y a que no basta con tener buenas intenciones.

En efecto, el secretario general de dicho organismo, Antonio Guterres, convocó a los gobiernos a Nueva York este 23 de septiembre para concretar de qué modo van a contribuir para reducir las emisiones en un 45 % en la próxima década.

Solo que la invitación vino acompañada de un jalón de orejas por adelantado, pues les dijo que “no vengan con discursos, vengan con planes”, y les urgió a acelerar la transición de las fuentes de energía basadas en combustibles fósiles a las renovables.

De acuerdo con el docente Blanco y la ambientalista Rocha, otro punto esperanzador es la inclusión de los jóvenes en estos debates, pues son millones de ellos los que están saliendo a las calles para exigir compromisos de parte de los gobernantes. Todo ello, gracias a la acción de la adolescente y activista por el calentamiento global Greta Thunberg. Esta presión juvenil, dijeron, ya empieza a sacudir la diplomacia internacional.

Para Hernán Blanco, quien prefiere hablar de crisis climática y no de cambio climático, es importante apoyarse hoy en la evidencia científica, que está cada vez más a la mano, refiriéndose, entre otros, al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, IPCC, por sus siglas en inglés (Intergovernmental Panel on Climate Change) al decir que el reciente informe de esta organización “lo que nos está diciendo es que, claramente, si no actuamos en los próximos 12 años, iremos por un camino muy difícil de revertir”.

A la vez, reconoció que en los países de América Latina hay ejemplos interesantes que evidencian el compromiso con el medio ambiente, en cuanto a energías renovables, movilidad eléctrica, como también acciones sostenibles por parte de las industrias.

Una revolución juvenil

Cada vez más los jóvenes están más dispuestos a cuidar el medio ambiente y a abandonar prácticas que impactan seriamente el planeta, como el uso de plásticos y desechables.

Al mismo tiempo, en el mundo crecen sus voces, en gran medida, motivados por la lucha emprendida por la adolescente sueca Greta Thunberg. Esta joven, con síndrome de asperger (una forma de autismo) se atreve a decirles a los gobernantes del mundo lo que muchos quieren, pero no se atreven.

”Alrededor del año 2030, dentro de 10 años habremos desatado una reacción en cadena irreversible que escapará todo control humano y que seguramente pondrá fin a nuestra civilización, tal como la conocemos. Eso es lo que sucederá, a menos que en el tiempo que nos queda se tomen medidas sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad, incluida una reducción de al menos el 50 % en las emisiones de dióxido de carbono.

Greta acaba de ser galardonada en Francia con el Premio de la Libertad de Normandía, por su acción valerosa