Cali cuenta con 30 Centros de Atención Inmediata, CAI, según fuentes de la Policía Metropolitana, los cuales están distribuidos en toda la ciudad para garantizar la seguridad. Sin embargo, el pasado lunes festivo 17 de noviembre una de estas infraestructuras fue atacada con un artefacto explosivo.
Según las autoridades, en el CAI de Charco Azul, en el oriente de Cali, fue lanzado un explosivo por dos hombres que circulaban en motocicleta. Además, la noche anterior, la Estación de Policía de Los Mangos tambien fue atacada y tres personas resultaron lesionadas.
Fuentes de la Policía de Cali indicaron que en los CAI se encuentran uniformados y patrullas de vigilancia, atentos a atender cualquier requerimiento, ya que están asignados a diferentes cuadrantes.
Sin embargo, el exsecretario de Seguridad de Cali e investigador independiente de GovLab en políticas comparadas de Latinoamérica, Carlos Rojas, indicó que la infraestructura de los CAI fue diseñada para “atender problemas del entorno, normalmente hay unos factores de vulnerabilidad, pero también hay unos factores de amenaza”.
Lo anterior quiere decir que fueron creados para solucionar situaciones barriales o comunales, no necesariamente amenazas directas contra la Fuerza Pública.
“Por lo tanto, siempre serán vulnerables en mayor o menor medida a esta forma con la que hoy se está adelantando la confrontación a la Fuerza Pública. Ese es un punto de preocupación. El problema de fondo es que las ciudades colombianas no fueron diseñadas bajo un concepto de seguridad, de tal forma que se garanticen no solamente buenas infraestructuras, sino también capacidades de respuesta”, indicó Rojas.
De acuerdo con la fuente de la Policía consultada por El País, cada CAI cuenta con sus protocolos de seguridad de acuerdo con sus características y nivel de exposición, por lo que en algunas hay vallas para evitar que vehículos se acerquen o directamente se cierran las vías cercanas a partir de determinadas horas.
Alta vulnerabilidad
El consultor en seguridad y paz, Felipe Fernández, concordó con Carlos Rojas y aseguró que “los CAI fueron diseñados para proximidad comunitaria y respuesta rápida; su arquitectura suele priorizar visibilidad y acceso (ventanas, muros ligeros, cercanía a la vía) más que protección balística”.
Por ello, los ataques recientes demuestran que los ataques con armas de largo alcance pueden producir daños materiales y víctimas en instalaciones policiales urbanas, “lo cual indica que muchas sedes no están diseñadas para soportar este tipo de eventos ni fuego sostenido”, dijo Fernández.
Sin embargo, el experto indicó que con estos ataques, los grupos armados ilegales buscan “un impacto mediático o desestabilizar el control de las autoridades”.
Además, sostuvo que hay indicios de escalamiento táctico de grupos al margen de la ley en diferentes regiones del país. “Esto sugiere una intención deliberada de atacar símbolos del Estado y generar alta visibilidad”, agregó Felipe Fernández.
Ante esta situación, para Carlos Rojas el problema no es que los CAI no sean blindados 100 %, sino que está “en la política y en el diseño institucional que tiene hoy el manejo de la seguridad urbana, que ya es un poco vieja y no ha sido actualizada con las nuevas tendencias y los problemas que hoy está enfrentando la Fuerza Pública”.
Por ello, además de fortalecer la seguridad de infraestructura de los CAI e invertir en su blindaje, es necesario realizar una reforma institucional para reinterpretar las lógicas en las que se está gestando la guerra.
“Claramente, se requiere no solamente más tecnología, sino más inteligencia. Creo que es una forma de mitigar y adelantarse a las circunstancias que ocurren cuando se dinamiza un conflicto como en el que estamos”, agregó Rojas.
El experto añadió que los CAI son necesarios para trabajar en los barrios y que los ciudadanos se sientan más seguros, pero se debe seguir replanteando la estrategia para una respuesta móvil.
Por su parte, Felipe Fernández concluyó que se debe implementar el “patrullaje móvil y CAI móviles, reducir permanencia predictible en un solo punto (usar rotación de horarios y CAI móviles) para complicar la planificación adversaria”.