El caso del asesinato de Juliana Giraldo, en septiembre de 2020, tendría una nueva hipótesis que podría cambiar el rumbo de la investigación. 

Según se indicó el 24 de septiembre de 2020 cuando se conoció la muerte de Juliana, es que la mujer habría sido impactada por arma de fuego en medio de un procedimiento del Ejército en la vía que comunica los municipios de Miranda y Corinto, en el Cauca.


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​Cuando se inició la investigación del asesinato, antes de que el caso pasara de la justicia militar a quedar en manos de la Fiscalía, se aseguró que el disparo que recibió Juliana habría rebotado en el asiento del copiloto, en el que ella iba sentada, del carro en el que se movilizaba con otras tres personas por la vereda Guatemala, en el municipio de Miranda. 

​Luego de esa hipótesis, se manifestó que la bala habría impactado a Juliana a una distancia de 12,65 metros durante un retén militar y que, presuntamente, el soldado Cristian Saavedra estaba involucrado. 

Sin embargo, ahora la Fiscalía pidió que se reprograme una nueva audiencia porque, al parecer, habría pruebas que indicarían que a Juliana le habrían disparado a una menor distancia de la que se había asegurado, lo que le daría un nuevo giro a la investigación abriendo la posibilidad que la mujer pudo haber sido asesinada a quemarropa.

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De hecho, según revelaron varios medios este domingo, uno de los documentos de la investigación detalla que en el cuerpo de Juliana se "observa hueso fracturado en forma estrellada alrededor de un orificio (...) ausencia de tatuaje en piel". Dice además: "(...) permite concluir que se trata de un disparo de contacto firme. Por lo tanto la distancia entre el punto de contacto y la boca del arma es 0", dice un documento de Fiscalía.

Por estos y otros argumentos, la Fiscalía le pidió al juez 30 días para que sus peritos balísticos y médicos analicen los informes técnicos de la defensa para “descartar” o “continuar” con el proceso.