La historia del nacimiento de la Feria de Cali, o Feria de la Caña como se le conoció inicialmente, se remonta al 28 de diciembre de 1957, cuando se inauguró la Plaza de Toros de la ciudad, y no está tan ligada a la versión de transformar la tristeza en alegría tras la explosión del 7 de agosto de ese mismo año. Así lo cuenta Luis Guillermo Restrepo Satizábal, uno de los autores del libro de los 60 años de la Feria de Cali: “La explosión no tiene nada que ver, es como decir que nosotros para superar la muerte de miles de personas hacemos una fiesta, eso es propio de una sociedad enferma, y no es cierto”, dice.

Pero lo cierto es que, cuando surgió la Feria, Cali aún tenía las cicatrices de lo ocurrido ese fatídico 7 de agosto. En esa fecha, un año antes, un convoy militar compuesto por 6 camiones procedentes de Buenaventura y cargados con dinamita, estallaron en inmediaciones de la antigua estación del ferrocarril, sobre la calle 25. Gran parte del centro antiguo de Cali, entre las calles 12 y 25 y las carreras 1 y 7, fueron arrasadas y se contabilizaron más de 4.000 personas fallecidas. Según el ya fallecido periodista Guillermo García Jaramillo, quien fue que dio con esa versión, un grupo de caleños promovió la celebración anual de la Feria de Cali para alivianar la tristeza de Cali. Y el escritor Medardo Arias Satizábal, quien fue jefe de prensa de la Feria de Cali en los años 1991 y 1992, cuando nació Corfecali, asegura que la versión que él conoce es la del 7 de agosto.

Al evento solo pueden ingresar mayores de 18 años de edad. | Foto: Foto: Paula Rodríguez-Delirio

"La idea era que la ciudad tuviera un descanso después de esa tragedia tan terrible, duró cerca de dos meses y esa catarsis después de la tragedia y la plaza de toros tiene la misma edad de la Feria: 60 años", relata.

La construcción de la Plaza de Toros se dio mediante el aporte del capital privado y el respaldo de la Gobernación del Valle y la Alcaldía de Cali. Ese hito histórico, arquitectónico y urbanístico, movió a la dirigencia pública y privada a promover unas festividades sociales que tuvieran contenido popular.

“En realidad la Feria nació de la burguesía que se dedicó a hacer una fiesta alrededor de los toros, fue una temporada que duró un mes, fue algo increíble porque movilizó toda la ciudad, el gobernador de ese entonces nombró a Joaquín Paz Borrero para organizar una fiesta y se hizo un primer desfile que eran carretas de madera tiradas por bueyes. Y llevaron reinas de la caña quienes eran familiares de personas que en América tenían que ver con la industria de la caña de azúcar”, cuenta Restrepo Satizábal.

En esa época, el PIB de Cali era incluso mayor que el de Colombia, porque la industria azucarera se estaba desarrollando “y hubo excedentes de recursos que permitieron la Feria, que era gestionada por la Gobernación del Valle e impulsada en ese entonces por el periódico El País, por don Álvaro Lloreda”, agregó. En el primer año, además del reinado, también hubo desfiles de comparsas y una cabalgata donde brillaron la elegancia y el orden que aportaban los clubes hípicos de la época, que mostraron la esencia de la Feria como reflejo de la sociedad de entonces.

El salsódromo es una de las tradiciones de la Feria de Cali. | Foto: Cortesía Alcaldía de Cali

Era la imagen de una sociedad que construyó su desarrollo basado en la agricultura y el campo, y buscaba convertir en colectivo el disfrute de las tradicionales fiestas navideñas. También aparecieron las casetas, donde se invitaba a músicos nacionales y extranjeros y se empezó a dejar atrás la música andina de cuerdas, bambucos y pasillos. Fue así como comenzó a surgir ese Cali profundo de Juanchito, del barrio Obrero y de infinidad de sitios donde la gente del común bailaba la música que llegaba de la Costa Atlántica y de Medellín. Más adelante llegaron las verbenas populares a los barrios, también el desfile de Cali Viejo y el deporte, que tuvo gran participación durante quince años. En efecto, la Feria fue anfitriona de torneos y eventos en los cuales participaron equipos internacionales y locales.