La Bella, El Polvorete, Estás Pillao, Siete, El Hijo de Tuta, El Guayabo de la Ye, Bendito Diciembre, Las Tapas, La Matica, La Cumbia del Amor, El Gay, Ni que Estuviera Loca, Soledad, son algunas canciones en la voz de Lisandro Meza, que han formado parte de la banda sonora de muchas generaciones de colombianos y de las fiestas de fin de año, como Bendito Diciembre o 24 de Diciembre. Todas interpretadas con la picardía y el sabor cumbiambero del hijo de El Piñal, corregimiento de Los Palmitos, Sucre.

Nacido el 26 de septiembre de 1937, El Rey sin Corona, en sus 63 años de carrera ha grabado cerca de 110 discos en cumbia, porro, paseo, vallenato, fandango y música de corraleja. Todos inspirados en la cotidianidad, en su país y en el amor, matizadas con humor, como Manizales, Rumba y Café, en la que nombra a Amparo Grisales y a la ex Miss Universo Luz Marina Zuluaga. Desde niño cantaba en la finca de su padre, La Armenia, y demostró su facilidad para interpretar acordeón, el piano, la guitarra, el bajo, el tiple, el cuatro, la tumbadora, caja y la gaita. Inició con el conjunto de Alejandro Durán, primer rey vallenato, tocando la guacharaca. En 1962 El Sabanero Mayor ya había adquirido renombre en su región y fue invitado por Antonio Fuentes, dueño de Discos Fuentes, al proyecto estrella: Los Corraleros de Majagual, con temas como Los Sabanales, hoy puesto de moda por Carlos Vives y Ryan Castro: “Cuando llegan las horas de la tarde que me encuentro tan solo y muy lejos de ti, me provoca volver a los guayabales de aquellos sabanales donde te conocí”.

Lisandro Meza, acordeonero y maestro de la cumbia colombiana. | Foto: El País

Al mismo tiempo, El Macho de América conformó su conjunto, con el que grabaría una treintena de producciones entre 1966 y los años 80, con temas como Baracunatana, El Polvorete, El Guayabo de la Ye, Entre Rejas, La Cumbia del Amor, Todo o Nada, Mar Azul, Esta Noche es Mía y La Miseria Humana (del poeta soledeño Gabriel Escorcia Gravini).

Ha hecho bellas versiones como Senderito de Amor, de Julio Jaramillo: “Un amor que se me fue. Otro amor que me olvidó, Por el mundo yo voy penando, Amorcito quien te arrullará, Pobrecito que perdió su nido, sin hallar abrigo, muy solito va”. Otro de sus hits es ‘Siete’: “Siete son los pecados capitales, siete son los días de la semana. Siete son colores del arcoíris, siete son las notas en mi guitarra”.

La generación de los años 80 coreó con Lisandro y los Hijos de la Niña Luz: Las Tapas, cumbia de Ivo Otero que le dio fama internacional, luego llegarían Estás Pillao, Sal y Agua y aún hoy se canta su clásico: El Hijo de Tuta: “A las diez de la mañana llega el hijo de tuta sin saludar, diciendo ‘trabaje, amigo, que este negocio es para entregar’”.La Bella, El Polvorete, Estás Pillao, Siete, El Hijo de Tuta, El Guayabo de la Ye, Bendito Diciembre, Las Tapas, La Matica, La Cumbia del Amor, El Gay, Ni que Estuviera Loca, Soledad, son algunas canciones en la voz de Lisandro Meza, que han formado parte de la banda sonora de muchas generaciones de colombianos y de las fiestas de fin de año, como Bendito Diciembre o 24 de Diciembre. Todas interpretadas con la picardía y el sabor cumbiambero del hijo de El Piñal, corregimiento de Los Palmitos, Sucre.

Lisandro Meza se encuentra en delicado estado de salud por cuenta de una isquemia cerebral. | Foto: Tomada de Instagram @lisandromezaoficial

Nacido el 26 de septiembre de 1937, El Rey sin Corona, en sus 63 años de carrera ha grabado cerca de 110 discos en cumbia, porro, paseo, vallenato, fandango y música decorraleja. Todos inspirados en la cotidianidad, en su país y en el amor, matizadas con humor, como Manizales, Rumba y Café, en la que nombra a Amparo Grisales y a la ex Miss Universo Luz Marina Zuluaga. Desde niño cantaba en la finca de su padre, La Armenia, y demostró su facilidad para interpretar acordeón, el piano, la guitarra, el bajo, el tiple, el cuatro, la tumbadora, caja y la gaita. Inició con el conjunto de Alejandro Durán, primer rey vallenato, tocando la guacharaca. En 1962 El Sabanero Mayor ya había adquirido renombre en su región y fue invitado por Antonio Fuentes, dueño de Discos Fuentes, al proyecto estrella: Los Corraleros de Majagual, con temas como Los Sabanales, hoy puesto de moda por Carlos Vives y Ryan Castro: “Cuando llegan las horas de la tarde que me encuentro tan solo y muy lejos de ti, me provoca volver a los guayabales de aquellos sabanales donde te conocí.”

Al mismo tiempo, El Macho de América conformó su conjunto, con el que grabaría una treintena de producciones entre 1966 y los años 80, con temas como Baracunatana, El Polvorete, El Guayabo de la Ye, Entre Rejas, La Cumbia del Amor, Todo o Nada, Mar Azul, Esta Noche es Mía y La Miseria Humana (del poeta soledeño Gabriel Escorcia Gravini).

Ha hecho bellas versiones como Senderito de Amor, de Julio Jaramillo: “Un amor que se me fue. Otro amor que me olvidó, Por el mundo yo voy penando, Amorcito quien te arrullará, Pobrecito que perdió su nido, sin hallar abrigo, muy solito va”. Otro de sus hits es ‘Siete’: “Siete son los pecados capitales, siete son los días de la semana. Siete son colores del arcoíris, siete son las notas en mi guitarra”.

La generación de los años 80 coreó con Lisandro y los Hijos de la Niña Luz: Las Tapas, cumbia de Ivo Otero que le dio fama internacional, luego llegarían Estás Pillao, Sal y Agua y aún hoy se canta su clásico: El Hijo de Tuta: “A las diez de la mañana llega el hijo de tuta sin saludar, diciendo ‘trabaje, amigo, que este negocio es para entregar’”.