Jorge Hernán Baena, cantante vallecaucano, quien ha sido invitado a 17 festivales internacionales de bolero y a decenas de países, estará muy pronto midiendo su talento en un reality europeo de mucho rating a nivel mundial, del que Colombia compró la franquicia.

Luego de una larga selección entre talentos nacionales, este artista nacido en Buga, pero que se considera caleño, ya recibió el llamado para grabar a partir de agosto. Aunque no puede revelar públicamente el nombre del programa televisivo, una pista es que su voz de barítono jugará un papel muy importante para ganar. Hablamos con él.

¿Por qué decidió participar en un reality, teniendo la trayectoria con la que cuenta?

Lo que me impulsó a hacerlo fue el aburrimiento de la cotidianidad. Yo me levanto, desayuno, hago ejercicio y quedo desocupado, porque solamente trabajo los fines de semana. Llevaba dos años en esas, desde la pandemia. Antes, simultáneamente con mi profesión como cantante, era el asistente ejecutivo y personal de una familia española con la que trabajé cuatro años hasta el inicio del coronavirus. Vivía con mi tiempo full, trabajaba con ellos 24 horas al día, los siete días de la semana y sacaba espacio para mi canto y mis contratos.

¿Ha sido televidente de realities?

No veo realities. No conozco este en el que voy a participar, nunca lo he visto y no he querido tener referencias, para ser auténtico. Ni siquiera sé quiénes serán los jurados, sé que cada etapa tiene un coach distinto y espero llegar al final.

¿Ya había participado en concursos?

En el año 94 fui a un concurso de canciones en Valencia, España, donde fui elegido como la mejor voz del festival, siendo que el propósito era premiar canciones, mas no cantantes. Interpreté ‘Quiero saber’, compuesta por Francesco, de Buga, con arreglos del maestro Diego Rodríguez. Y he sido invitado a festivales internacionales de boleros en Cuba, Ecuador, Panamá y Colombia. Como intérprete de música popular romántica, he estado en Washington, Nueva York, Miami; en España: en Madrid, Valencia y Marbella; en Francia, en París y en L’ Havre, igualmente en República Dominicana, Jamaica y México.

¿Y participó antes en concursos musicales nacionales?

Siendo gerente de un banco, me presenté al Festival de Música Andina Colombiana ‘Mono Núñez’, en 1986, iba vestido de saco y corbata, como un oficinista, y allá la gente iba con trajes de chapoleras, de campesinos. Canté ‘Arroyito campesino’ y ‘Pescador, lucero y río’. Nunca había interpretado este género, pero unos productores de Sonolux me vieron y me grabaron con música colombiana, obras del maestro Álvaro Dalmar, fue el primer disco que grabé, con el apoyo de Helenita Vargas, que fue mi madrina. Después continué con la

misma disquera, pero no haciendo esa música. Entonces grabé boleros, canciones inéditas de Armando Manzanero, y otros compositores nacionales hicieron algunos temas para mi producción, e incluí algunos de mi repertorio, asesorado por Helenita. Luego hice otro disco muy personal, en el que grabé cuatro canciones con ella, pero no han salido al mercado.

¿Por qué no fue publicado el disco? Después de estar todo listo con Discos Fuentes, de Medellín, Helena llamó a decir que si ese disco salía, se retiraba de la disquera. El trompetista de Helena me lo contó. Ya me habían presentado a todos los de la casa disquera. Jamás le reclamé nada a ella, se lo entregué al destino. Pero yo sé que a finales de este año y comienzos del otro va a salir al mercado. Ya hay una casa disquera que está interesada en hacer público ese trabajo después de tantos años. Se va a remasterizar, se pondrá un sonido nuevo, conservando la voz de ella, y yo pondría mi voz actual. Y lo puedo hacer, porque eso que ella grabó es un disco mío, no de ella, no se lo estoy robando. Las cosas llegan en su mejor momento.

¿No le da temor la exposición mediática que va a tener en televisión?

A mí me han filmado en muchas partes, he hecho presentaciones con cámaras por todos lados, pero eso no me asusta, me da más miedo que no me vaya a salir la voz, que se me olvide la letra. Por eso acudo a ejercicios previos, concentración, repetirme ‘esto es lo mío, esto es perfecto’, me lleno de buenos pensamientos, igual salgo muerto de susto.

¿Siente que tiene una ventaja frente a concursantes que apenas se están dando una oportunidad?

No, nunca me he creído más que nadie. Todos aprendemos constantemente hasta de la gente que pensamos que no está al nivel de uno. Yo detesto las mentiras y las injusticias, eso me

desequilibra emocionalmente. Pero no tengo prevenciones con nadie.

¿Busca corregir algo suyo a través de ese reality?

La soberbia. Por soberbio perdí una oportunidad muy grande en mi vida. Yo conocí a Carlos Ardila Lulle en España y cuando Luis Miguel sacó al mercado su primer disco de boleros, ‘Romance’, me mandaron a traer de España, por orden de Lulle, a la casa disquera de Sonolux, para que hiciéramos una producción en contrapeso a Luis Miguel y así salir a todo el mercado donde él estaba: España, Argentina, México, Centroamérica. Yo no caminaba, flotaba. Vivía en Marbella, España, y cuando llegué a Colombia, resulta que la disquera tenía nuevo gerente y no sabía del proyecto. Enfurecí, y por no querer llamar a Lulle, eso se quedó así.

Amistad y trabajo

Myriam Solano de Orozco, amiga íntima de Jorge Hernán, cuenta que lo conoció hace más de 30 años en un evento benéfico y que le sorprendió su voz. Para aquel momento, sus dotes artísticas apenas comenzaban a manifestarse y aunque ya hacía algunas presentaciones musicales, era poco común verlo en escenarios locales. “Vi que necesitaba apoyo y dirección, y que su talento estaba desaprovechado. Así que comencé a ayudarlo para que la gente lo conociera aún más”.

Jorge Hernán Baena trabajó con la Marquesa Mayka Pérez de Cobas como su asistente ejecutivo por cuatro años.

Trabajó también en el ‘Zaguán del Viejo Conde’, el tradicional sitio de música de Gerardo de Francisco, padre de la reconocida actriz Margarita Rosa de Francisco.

“Tengo propuestas de trabajo como administrador de empresas que me pondrían entre la espada y la pared. Que a los 65 años te ofrezcan un puesto en este país, es demasiado”.

“Yo voy al reality es a ganar, sino estuviera seguro de ello no iría. No voy a pasarla rico, a aprender sí, pero lo que quiero es ganar”.

Lo de componer, dice, se lo deja a los que saben. Baena alternó en escenario con Camilo Sesto y Rocío Durcal en Cali; con Lola Flores en España, con José Vélez y con baladistas y boleristas nacionales.

Cali y su don artístico

En su casa, en el municipio vallecaucano de Buga, todas las reuniones eran con músicos. “Mi papá tocaba el tiple, el barbero tocaba la bandola, otro amigo suyo tocaba la guitarra, un tío mío cantaba, y yo escuchaba detrás de las cortinas, no me dejaban participar en esas fiestas porque estaba niño”, cuenta

Jorge Hernán, quien fue el menor de ocho hermanos, siete hombres y una mujer.

“Se me prohibían muchas cosas, porque la crianza era así, pero yo orejiaba y me aprendía todas las canciones; en el colegio, en Bogotá, participé en los coros, y era solista en algunas interpretaciones”.

A los 12 años se fue a vivir a Bogotá; se graduó en administración de empresas en La Salle “y en las fiestas de mis compañeros tocaba guitarra y cantaba”. Y paralelo a pertenecer a la Selección Colombia Juvenil de Básquetbol, era el primer bailarín de las danzas de la universidad, hacía folclor. Estuvo, incluso, en ensayos con el Ballet de Sonia Osorio.

Dice que resultó viviendo en Cali desde 1983, por cuestiones laborales, y desde entonces se considera caleño. “Aquí se me despertó esto de la música, porque esta es una ciudad muy musical, y al conocer a Helenita Vargas, que era íntima amiga de una cuñada mía, otra cantante caleña, Greta, muy famosa en Centroamérica y Suramérica en los años 80, me metí en el mundo artístico y me fue envolviendo”.

Simultáneamente Baena era banquero, durante doce años se movió como pez en el agua en el sector financiero y después en la empresa privada. Jamás ha dejado de trabajar, tampoco de cantar. lleva 36 años de vida artística ininterrumpidos, porque hasta en la pandemia, confiesa, “iba y cantaba al escondido”.

Su registro de voz es barítono y puede dar notas de tenor. Estudió bel canto en Colonia, Alemania, con una beca que le ofreció Colcultura en 1986. En este tiempo era gerente de un banco en Cali, “me apasiona el sector financiero, quería ser ministro de Hacienda”. Admite que hubiera querido ser más apasionado con la música, “no lo soy tanto como debiera, porque no nací artista, me fui formando. Lo que sí tengo es un ángel para los escenarios, ese ha sido un regalo divino”.

Nunca pensó que fuera a vivir de la música, pero así ha sido. “Al comienzo yo cobraba esta vida y la otra, porque me orinaba de susto de salir a cantar, y pensaba que cobrando más no me iban a pagar. Todavía, cuando me subo a un escenario, me sudan las manos, he tenido que acudir a terapias con psicólogos para manejar ese temor, para aceptarme a mí mismo”.

Cantar siempre

A comienzos de este año, Jorge Hernán Baena hizo tres presentaciones en Miami, tiene una invitación a España para agosto, iniciando otoño, para hacer una temporada en un sitio nocturno de Madrid.

Sobre el reality, Baena dice: “No quiero verme como un cuchiken, soy muy clásico y muy respetuoso, siempre vestido impecable para la ocasión”.

“He sido enfático al decirles a los productores del programa que no busquen tragedias en mi vida, porque la gente está cansada de eso, he vivido tristezas, pero no me gusta que magnifiquen mi vida con historias sórdidas”.

Amores diversos

Pese a sus éxitos artísticos, el amor le ha sido esquivo, “yo soy abiertamente gay, pero tengo un compromiso con una amiga desde hace 30 años, en el que estamos juntos para ayudarnos el resto de nuestras vidas. Yo la ayudo a ella en sus momentos críticos, y ella a mí. Soy beneficiario de ella en la salud. Y si yo muero, heredo su pensión, y si ella muere, hereda la mía”.

Cuenta Jorge Hernán que, aunque las reglas son claras e incluso él vivió siete años y medio con Memo, quien fue su pareja, cuando falleció este, ella pensó que ese sería el momento para tener una relación más íntima y, ante la insinuación de otro amigo, para que se consiguiera un nuevo amor, ella reaccionó con un “lo mato”.

“La llamé aparte y le dije ‘¿mata a quién, a mí o al reemplazo?’ Porque yo no he dejado de sentir lo mismo ni de ser lo que yo soy’”.

Baena es un hedonista, le dedica al gimnasio dos horas y media diarias, “me gusta la gente guapa, pero los de mi edad están entregados a la pena. No me levanto sino pollos, que creen que por mi pinta de rico les voy a pagar todo. Y no estoy para sostener vagos. Me he enamorado, pero estoy casi seguro de que me han tenido de bobo útil”.

Otro de sus romances fue con una francesa, con quien vivió por siete años y aún hoy, cuando ella está casada y tiene un hijo, se siguen adorando como amigos. “Jamás en mi vida he engañado a nadie. He tenido grandes amores mujeres, que me han amado muchísimo y yo las he amado, a mi manera. En el caso de la amiga, tenemos un compromiso de vida y de amor; si necesita un riñón mío, se lo doy”.

Incluso, Baena estuvo a punto de casarse con una mujer. “Cuando yo era vicecepresidente de un banco en Cali, a mis 24 años, tenía novia en Medellín, con palabra de matrimonio; pero me invitaron a una rumba gay y me chupetié con un man y se me corrió el piso. La llamé y le dije: ‘No nos podemos casar. Me besé con un man y me gustó’. Y ella me dijo: ‘tranquilo, arregla tu vida, ordena tus pensamientos y luego hablamos’. Viví con el del beso cinco años, compramos apartamento y carro. Fue lo más divino del mundo”.

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