Continúa la Novena de Navidad en su segundo día durante este miércoles 17 de diciembre del 2025, una de las celebraciones decembrinas más populares en Colombia. Son en total nueve días consecutivos en los que familias, amigos y comunidades se reúnen para esperar el nacimiento del Niño Jesús.

Tras tener sus orígenes durante la Edad Media en países como España y Francia, en Colombia se estableció cuando la colonización llegó y así logró consolidarse como uno de los rituales más representativos de la Navidad.

Desde ese entonces, esta expresión religiosa ha sido popular en Colombia y Ecuador, con algunos lados de Venezuela, desde el 16 hasta el 24 de diciembre.

La jornada comienza con la llamada “oración para todos los días”. | Foto: Diseño Jesús Chacín/El País

Este segundo día de la Novena de Aguinaldos está dedicado a la meditación sobre la Comprensión, lo que significa que es una “nota distintiva de todo verdadero amor”. Asimismo, se reflexiona sobre la fe de María y José y que cada creyente haga la petición para tener un corazón lleno de amor y misericordia para recibir a Jesús, reflexionando sobre la fragilidad humana.

La oración a la Santísima Virgen María | Foto: Diseño Jesús Chacín/El País

Oración a San José:

¡Oh santísimo José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús! Infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan soberanos misterios y os adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Os ruego, por el amor que tuvisteis al Divino Niño, me abracéis en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén. (Se reza un Padre Nuestro, un Avemaría y un Gloria al Padre).

Oración al Niño Jesús:

Acordaos, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijisteis a la venerable Margarita del santísimo Sacramento, y en persona suya a todos vuestros devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Llenos de confianza en vos, ¡oh Jesús!, que sois la misma verdad, venimos a exponeros toda nuestra miseria.

Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos por los méritos infinitos de vuestra infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a vos, ¡oh Niño omnipotente!, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis y despacharéis favorablemente nuestra súplica. Amén.

Gozos:

Oh, sapiencia suma del Dios soberano que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino Infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.

Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias siempre recordemos que nos has salvado.

Oh, lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tú esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.

Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.

Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño, ven, Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.

Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.

Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.

Ven ante mis ojos, de ti enamorados; bese ya tus plantas, bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.

Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.

Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!