Durante los últimos meses, han sido varias las cadenas de comida rápida en Estados Unidos han quebrado o cerrado decenas de locales debido a una combinación de factores económicos y cambios en los hábitos de consumo.
La inflación y el aumento en los costos de los alimentos han hecho que comer fuera sea más caro, reduciendo la frecuencia de visitas de los consumidores.
Además, las tarifas impuestas por la administración Trump encarecieron las importaciones y afectaron las cadenas de suministro. A esto se suma un cambio generacional que prioriza opciones más saludables y sostenibles, lo que ha dejado a cadenas tradicionales como McDonald’s, Burger King y Jack in the Box con menores ventas y la necesidad urgente de adaptarse o cerrar locales.
Ahora se conoció la situación de una nueva cadena de comida rápida, que se vería obligada a cerrar sus cocinas tras un panorama financiero difícil.
Se trata de Sticky’s Finger Joint, que en el pasado funcionó como una de las cadenas de comida más reconocidas en EE.UU., especialmente en Nueva York.
Son varios los hechos que han deteriorado el negocio para empresas como la mencionada, como lo son los cambios en las regulaciones económicas, las estrategias de mercado, que afectan los costos de producción.
Aunque con el paso de los años la empresa logró expandirse, abriendo 20 locales hasta el 2024, lo cierto fue que el año pasado empezó a experimentar graves problemas financieros.
Sticky Fingers vendió más de 11 millones de porciones de pollo. Sin embargo, no logró recuperar la fidelidad de sus clientes.
Es por ello que hace algunos días se acogió a la reestructuración financiera bajo el capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos.
Otros de los problemas que enfrentaron fue el incremento en los costos operativos, teniendo en cuenta que mantener locales en zonas urbanas, como por ejemplo Manhattan, se volvió insostenible.