"Amantes del tenis, ¡bienvenidos!", se entusiasma el 'speaker' del torneo siciliano: con máscaras hasta en la cancha y gel en la red, el tenis profesional ha regresado en Palermo tras cinco meses de interrupción por la pandemia del nuevo coronavirus.

Pese a que habitualmente es uno de los torneos de la categoría más modesta del tenis femenino, la prueba siciliana ha puesto fin a más de 150 días sin tenis profesional, ya que la propagación del COVID-19 había dejado a los aficionados sin torneos desde el 8 de marzo, aunque sí se habían jugado algunas exhibiciones.

Y contrariamente a lo visto durante el fin de semana en las clasificaciones, las dos primeras jugadoras que inauguraron el torneo, la croata Donna Vekic y la holandesa Arantza Rus, entraron a la cancha sin máscara de protección.

Sí guardaron, no obstante, una distancia física considerable, quedando cada una de ellas sobre la línea del cuadro del servicio, mientras escuchaban las consignas del juez de silla, que sí iba con un tapabocas, al igual que los entrenadores de ambas tenistas, ubicados en las primeras graderías.

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Gel hidroalcohólico en la red

Después de la victoria de Vekic, las instalaciones se desinfectan antes del siguiente partido: la banda de la red, la sillas de los árbitros, los bancos de las jugadoras, el frigorífico... hasta se cambia el plástico del micrófono del juez principal.

Entran las jugadoras siguientes y una de ellas, la italiana Sara Errani, tiene que volver a buscar una mascarilla que se había olvidado.

Alrededor de la cancha de juego, sólo tres recogepelotas y otros tantos jueces de línea, unos a un lado de la pista y los otros enfrente.

En uno de los postes que aguantan la red, la organización ha colocado un frasco de gel hidroalcohólico, un sistema de protección presente en todos los pasillos del club de tenis siciliano.

En este 'nuevo tenis', cada jugadora debe ocuparse ahora de su propia toalla y al acabar el partido las dos jugadoras no se pueden saludar tocándose. Un 'toque' de raquetas por encima de la red es suficiente.

En las gradas sólo se permite 350 espectadores en una cancha que puede albergar a 1.500 y a todos los aficionados se les comprueba la temperatura a la entrada al recinto. Pese a que al comienzo de la jornada el uso de las mascarillas entre el público era raro, fue aumentando a medida que avanzaba el día.

"Irreal"

Primera jugadora victoriosa del tenis en tiempos del COVID-19, Vekic se felicitó de "no haber olvidado cómo se juega al tenis y cómo ganar". Unas palabras pronunciadas detrás de un televisor, ya que en tiempos de la pandemia, las conferencias de prensa son otra novedad, ya que periodistas y jugadores participan a través del video.

"Es raro, a veces es divertido con todos estos diferentes protocolos, las máscaras, las viseras en los coches... Está claro que es necesario, pero es tan diferente que a veces parece simplemente irreal", admitió antes de comenzar el torneo la también croata Petra Martic, cabeza de serie número 1 y 15ª jugadora del ránking WTA.

"Hace tanto tiempo que no hemos jugado, tanto tiempo sin competir, sin la adrenalina que tanto nos gusta. Es un privilegio estar de vuelta a las canchas", añadió.

Queda por ver si Palermo marcará una reanudación sólida del tenis mundial, ya que las inquietudes se mantienen alrededor de la primera gran cita de la temporada post-coronavirus, el US Open, que se mantiene en sus fechas previstas, a partir del 31 de agosto, pero a puerta cerrada y sin las rondas previas.