Este 2025 la Novena al Niño Jesús se vivió de manera distinta, porque los gozos, los villancicos y las oraciones a la Virgen María y San José no se entonaron en las noches sino en las madrugadas.
En efecto, en varias parroquias de Cali la cita con la preparación para la Nochebuena tuvo lugar a las 5:00 de la mañana, cuando chicos y grandes llegaron a los templos aún entre las sombras de la noche para decirle a una sola voz al Niño Dios “ven a nuestras almas, ven no tardes tanto...“.
En el caso de la iglesia del Divino Niño, ubicada en el barrio Primero de Mayo, el párroco Carlos Horacio Rincón se aventuró a invitar a sus fieles a que hicieran presencia a esa hora con sus panderetas y sonajeros para cantar los villancicos y acompañar la Eucaristía de la mañana que, durante esos nueve días, se adelantó dos horas.
“He madrugado todos estos días porque quiero acercarme mucho más a Dios y quiero que me guie por caminos llenos de luz y espiritualidad”, dijo María del Pilar Hurtado, quien no falló ninguno de los nueve días para el rezo de la Novena de Navidad.
No niega que a veces fue difícil, sobre el todo el pasado sábado, cuando un fuerte aguacero irrumpió sobre el amanecer de ese sector del sur de Cali, o el domingo, cuando el cuerpo parece adherirse de más fuerte a las cobijas.
Pero para entonces ya correspondía el día sexto de la Novena y lo que para algunos seguía siendo un gran sacrificio, para otros motivo de agradecimiento con Dios, por permitir perseverar en el propósito de madrugar por Él y para Él.
Así, algunos con los ojos todavía somnolientos y en medio de uno y otro bostezo iban arribando familias a la iglesia, mientras una pareja llevaba su bebecita de dos meses de nacida para consagrársela al Niño Jesús, y quienes después debían seguir a sus lugares de trabajo ponían a un lado la lonchera de su almuerzo.
Pero si bien para muchos el madrugón navideño era toda una novedad, Ana Milena contó que esta era su octava Novena de Navidad a esa hora y que en esta oportunidad la estaba ofreciendo por “la permanencia de su contrato laboral”. Aun así, confesó que “lo duro es levantarse, pero ya después el motor es venir acá y dejarle esa ofrenda a Dios, que ha sido tan misericordioso conmigo”.
Lo cierto es que en la madrugada de este 24 de diciembre eran cerca de 160 personas las que se sumaban en la parroquia del Divino Niño cantando a una sola voz “los pastores de Belén, vienen a adorar al Niño, la Virgen y San José, los reciben con cariño...”.
“Todas las familias deberíamos madrugar, primero que todo a darle gracias a Dios y para pedirle que nazca en cada uno de nuestros corazones”, dijo doña Nidia Castaño, otra de las asistentes a la novena.
Pero en la última jornada, ella y todos los demás feligreses no solamente recibieron las bendiciones del Cielo sino un vaso de chocolate recién hecho y buñuelos y pandebonos para festejar el Nacimiento de Jesús y unirse fraternalmente como comunidad.
Y esa misma escena se vivió también en parroquias como La María, Santiago Apóstol, Santa Rosa de Lima, Espíritu Santo, San Joaquín, San José, Nuestra Señora de los Remedios, Santa Ana, Perpetuo Socorro y Santo Evangelio, cuyos sacerdotes y familias vecinas cantaron juntos ¡Oh, lumbre de Oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos!