Las personas aficionadas a los temas sobrenaturales, ocultismo y criminales famosos, seguro reconocen el nombre de Esteban Cruz Niño, llamado “el cronista del misterio”, un antropólogo e historiador bogotano, autor de auténticos ‘best seller’ como son los libros ‘Los monstruos en Colombia sí existen’, ‘Vampiros, caníbales y payasos asesinos’, ‘Expedientes X Colombia’ y ‘Vida después de la muerte’.

Ya en el último capítulo de ‘El libro negro de la brujería en Colombia’, publicado en 2022, Cruz Niño contaba los diferentes cultos populares y las anécdotas sobrenaturales alrededor de Pablo Escobar y los lugares donde vivió el más temido narcotraficante colombiano.

También contaba una conversación con Germán Castro Caycedo, en la que el gran periodista, lo motivaba a investigar las prácticas ocultistas dentro de las mafias, algo que muy pocos se han atrevido a contar.

Después de una investigación de dos años, viajando diferentes ciudades de México, Venezuela y Colombia, obtuvo testimonios de personas vinculadas a este submundo que describen en detalle todo un panteón de santos malditos, deidades oscuras, rituales de brujería y sorprendentes creencias propias de la cultura narco.

Esteban Cruz Niño también tiene el programa Historias Paranormales, que se puede ver en YouTube y otras plataformas. | Foto: Laura Morales / Penguin Random House

La historia del santo Jesús Malverde en México, al que se encomendaba Amado Carrillo Fuentes ‘el Señor de los Cielos’, y del que son devotos Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán y el cartel de Sinaloa. Relatos sobre el Angelito Negro de Pachuca, la Santa Muerte y Juan Soldado, el protector de los migrantes en Tijuana.

El compendio de todos estos testimonios se encuentra en ‘Pablo Escobar y los patrones de la Brujería’, el más reciente libro de Estaban Cruz Niño, en el que también dedica un capítulo a profundizar en el ocultismo de la organización criminal Tren de Aragua, que tiene una Corte Malandra, formada por santos venezolanos como Ismael y el Negro Felipe, protector de las prostitutas.

'Pablo Escobar y los patrones de la brujería', de Esteban Cruz Niño. | Foto: Penguin Random House

Asimismo, incluye testimonios sobre apariciones paranormales en los pasos de inmigrantes por el tapón del Darién y el relato inédito del hombre que embalsamó el cadáver de Pablo Escobar.

El escritor es uno de los invitados a la Feria Internacional del Libro de Cali, quien presentará su nuevo libro este sábado, 25 de octubre, a las 6:00 p. m. en el Auditorio Colombia del recinto ferial, ubicado en el Bulevar del Río.

—¿Cómo surge la idea de investigar las creencias y el ocultismo en la mafia?

Cuando estuve investigando para ‘El libro negro de la brujería...’ encontré que había varios casos de conexiones entre la brujería y las mafias. Por eso este no es un libro de Pablo Escobar solamente, habla de mafia y brujería, de cómo los mafiosos del mundo utilizan el poder oscuro o la magia negra para beneficiarse.

En este sentido, son como tres libros en uno o tres capítulos grandes: uno en el que se habla de México y de los narcos mexicanos, específicamente el cartel de Sinaloa. Yo fui hasta Culiacán y estuve explorando las historias de un santo popular del narcotráfico que se llama Jesús Malverde.

También hablé con venezolanos y por eso incluyo otro capítulo con la historia de Ismaelito, que sería un santo, entre otros, de los criminales del tren de Aragua. Al final si hablo un poco del tema de Pablo Escobar, contando historias que no son las comunes sobre este narcotraficante.

—¿Como qué tipo de historias?

Hay cosas realmente extrañas, que nadie se imagina, pero todas son reales, así lo aseguran las personas que me dieron sus testimonios. Por ejemplo, me contaron que hubo un grupo de haitianos que aparentemente fue contratado por Pablo Escobar para algunos actos de brujería, y que al final los terminaron matando en Medellín. También hay una historia de La Catedral, la cárcel de Pablo Escobar, donde los ancianos que hoy viven ahí dicen que ven esferas luminosas, seres extraños que caminan allí durante la noche.

Personas que migraron me contaron de apariciones en la frontera de México y en el Darién, afirman ver extraños seres y escuchar criaturas alrededor de los campamentos.

—¿Por qué los mafiosos deciden crear sus propios santos y creencias sobrenaturales?

Los narcos tienen mucho poder, mucho dinero, tienen armas, tienen influencia incluso política, pero su problema es más moral, como están por fuera del orden legal, no pueden ser respetados, siempre serán vistos como delincuentes.

Esteban Cruz Niño es uno de los mayores expertos en temas paranormales de Colombia. Sus libros se encuentran entre los más vendidos del país. | Foto: Cortesía Esteban Cruz Niño

Ellos cargan con ese INRI, la sociedad siempre los va a ver como indeseables, sobre todo la alta sociedad, como pasaba aquí en Colombia, los narcos no podían estar en el club, ir a disfrutar de encuentros con amigos, porque viven al margen y clandestinamente.

Con todo ese poder económico y de las armas, no tienen tampoco el poder espiritual, porque la iglesia tampoco los acepta mucho, y por eso ellos crean sus propios santos, ya que no le pueden rezar al Divino Niño o al Milagroso de Buga para pasar un cargamento o para matar un rival, entonces tienen que crear sus propias figuras sagradas que son bastante macabras.

—¿Cuáles son los santos malandros más oscuros que encontró?

Solo por contar tres santos del narcotráfico y del crimen, que me parecieron muy locos, me encontré en Pachuca, estado de Hidalgo, en México, con un señor al que llaman el obispo negro de Pachuca, que se llamaba Óscar Pelcastra. Dicen que este señor se encontró supuestamente un muñeco, algo que él había pedido a Dios y al diablo que le dieran, él lo adoptó y empezó a decir que era un feto demonio, porque el muñeco de bebé tenía cachos.

Lo que pasó después fue que le hicieron catedral y allá van los traquetos, los narcos, los criminales a rezarle con cabezas de marrano cortadas y con las bocas cocidas, adentro les meten papeles pidiendo cosas malditas.

Y hay otra figura de una diabla a la que le piden para irse al burdel, para hacer orgías con trabajadoras sexuales, “sean machos o hembras”, dicen ellos. Como no pueden ir a una iglesia normal a pedir eso, se crean estas figuras medio demoníacas.

En el cementerio del sur de Caracas, hay otro santo que se llama Ismael, y es el patrón de la corte malandra, allá llegan los sicarios a pedirle que la bala siempre entre. En México el más famoso es Jesús Malverde, que fue el protector de Amado Carrillo Fuentes, el ‘Señor de los cielos’, cada vez que este narco llevaba un cargamento y volvía, le mandaba a construir un muro y así fue creciendo la capilla de Malverde.

—¿La gente también comenzó a adoptar estas creencias?

Son santos que también ayudan a todas las personas, no son santos solamente del narcotráfico, sino también de los pobres, de los que no escucha la Virgen o el Divino Niño. Mucha gente me decía en estos lugares que “yo le rezo al angelito negro, porque nunca me ha fallado, y la Virgen no me ha hecho ningún favor”.

Es que claro, uno no le va a pedir para hacer cosas malas a los que solo dan cosas buenas o solo ayudan a cosas buenas.

'El libro negro de la brujería en Colombia', de Esteban Cruz Niño. | Foto: Penguin Random House

En Medellín, la imagen de Pablo Escobar es más reverenciada por los turistas, puertorriqueños y gringos que van allá, muchos de ellos también con pasado criminal, porque piensan que tristemente Medellín es un lugar como Bangkok, una especie de mercado sexual y de drogas. Toda esta clase de turistas pasan por la tumba de Pablo Escobar y como ritual se pegan un pericazo en la tumba y dejan un billete de dólar, hacen un rezo pidiendo sus vueltas o se llevan piedras cargadas para hacer crucifijos, otros se toman un aguardiente sentados encima de la lápida.

Estos santos son muy populares, en México hay más canciones de Malverde, en corridos y hasta rap, que sobre cualquier otro santo.

—¿Consultó a la Iglesia Católica sobre estas creencias?

Para la Iglesia esto es algo demoníaco, que no debería existir, para ellos está al margen de todo lo bueno. Lo califican como conductas horrendas, incluso satánicas.

—¿Santos que fueron criminales en vida?

Hay varios que realmente existieron, por ejemplo, el que se llamaba Ismael Sánchez, que era un ladrón, robaba camiones de pollo y le daba a la gente, a este lo mataron en Caracas, y dicen que sigue viviendo y, hoy en día, con la migración venezolana estos santos ya están en Colombia. Encontré testimonio de varias personas que aseguran ser poseídas por esos santos.

En el libro cuento cómo una bruja poderosa aquí en Colombia, dice que ella es poseída por Ismael y le habla a algunos sicarios, advirtiéndoles. Ella me lo confesó todo y ahí van a conseguir toda la historia de cómo ella baja los espíritus.

—¿Qué tan complicado fue acceder a los testimonios de estas personas?

Viajé por el mundo, viajé a México, a Venezuela, también a Perú, y lo que hice fue entrevistar a las personas que eran devotas de esos santos y a los que administran el poder de esos santos, como los dueños de las capillas.

También estuve en Medellín. La idea es que las mismas fuentes contaran sus historias, yo no soy creyente, no tengo protecciones, no hago nada de esas cosas, pero sí investigo con rigor y me metí en ese mundo entrevistando a los que son poseídos, a los que cuentan que les hicieron milagros en Estados Unidos. Una señora me contó que Malverde la salvó en la frontera y eso, aunque yo no sea creyente, es muy interesante.

Muchas personas piensan que estas informaciones son ocultas, pero no encontré gente más abierta y más interesada en que se conociera su testimonio que los mismos brujos. Es más, según una de esas brujas, uno de esos espíritus le dijo que quería salir en el libro y por eso me buscó y me contó todo, y allí la van a encontrar.