Quizá pocos conozcan el nombre de la escritora de terror Shirley Jackson, quien mientras estaba viva no era reconocida como una gran escritora, pero que ahora es concebida en Estados Unidos como uno de los clásicos de su literatura y es estudiada exhaustivamente por la cantidad de simbologías que contienen sus relatos, en especial su cuento más conocido ‘La lotería’.

‘La lotería’ tiene un concepto simple: en una comunidad cada cierto tiempo es escogida una familia al azar y de esa una persona, la cual es lapidada por toda la comunidad, como un sacrificio para prevenir que la cosecha de esa temporada sea fructífera, según las costumbres que tiene el lugar.

Pero, ¿por qué es importante hacer énfasis en este cuento, cuando de lo que hablamos aquí es de una película? Sencillo, porque todo inicia por ese título. Rose (Odessa Young), una mujer joven y recién casada, se encuentra leyendo este cuento en el tren que la está llevando junto a su esposo Fred (Logan Lerman) a Bennington, Vermont, ciudad a la que se mudan por el trabajo que le salió a él, para convertirse en el asistente del crítico literario Stanley Hyman (Michael Stuhlbarg), quien a su vez es el esposo de Shirley Jackson (Elisabeth Moss), la autora del cuento.

Toda la película parece ser un sutil guiño a la idea base de ‘La lotería’: el sacrificio de alguien o algo, para poder lograr éxito y abundancia. ¿Acaso Jackson debe renunciar por completo a su estabilidad mental y emocional para poder recibir la gran creatividad, que le llega de pequeños impulsos externos, para escribir sus historias? ¿Para poder crear personajes reales y tramas que conecten con las personas, es necesario sacrificar la cordura de un tercero o llevarlo hasta el extremo de la desesperación, para poder ver en carne propia el sufrimiento, y así ser capaz de recrearlo en un cuento?

Recordemos lo que nos dicen al principio de la película: la empleada del servicio del matrimonio Hyman-Jackson renunció, por cuestiones personales, poco antes de que llegaran Rose y Fred, y pareciera que poco después de que Jackson terminara su última creación. O también vayamos a lo que dice Jackson al final del largometraje: “este fue el más doloroso”, haciendo referencia a la creación del libro ‘Hangsaman’, que se basaría en la decadencia en la que se hundieron Rose y Fred desde el momento en que pusieron un pie en la casa de los Hyman-Jackson, hasta el momento en que se fueron (básicamente los echaron), porque ya la novela había sido terminada y los sujetos escogidos para el sacrifico al fin podían ser entregados al olvido, ya habían cumplido su cometido y eran inservibles.

Pero realmente el guion, escrito por Sarah Gubbins no está basado en el cuento de ‘La lotería’, sino en la biografía ficcionada sobre Shirley Jackson, escrita por Susan Scarf Merrel. Aunque, según opinó la actriz Odessa Young en una entrevista, el proceso que hace Gubbins es de admirar, ya que a través de los cuentos de Jackson y de otra información sobre su biografía, es capaz de llenar los vacíos que quedan de la figura de Shirley y se adentra a responder una pregunta que posiblemente muchos seguidores de Shirley se han hecho (y que de hecho uno de los personajes dentro de la película se formula): ¿qué clase de mentalidad se necesita para escribir una historia de terror como las que escribía Shirley? ¿Cómo funcionaría esa mente en la realidad? “Creo que la respuesta que sugiere la película es que realmente (esa mente) no puede funcionar en la realidad y que a veces ese genio, ese regalo que da al mundo, viene con un sacrificio de felicidad o estabilidad”, comenta Odessa Young.

De esa declaración de la actriz, quisiera resaltar ese análisis de que la mente no puede funcionar en la realidad y por este camino destacar otra de las interesantes cualidades del guion y la edición de video: el cruce que se crea entre la realidad de Rose y la ficción que imagina Shirley sobre la mujer del saco rojo (que en algunos momentos es interpretada por Odessa Young y en otros es interpretada por otra actriz).

Con este juego de realidad y ficción el film logra dos cosas. La primera, jugar entre la locura en la que está cayendo la Rose real, quien ya no soporta ser un ama de casa y quiere recuperar su libertad, y la locura en la que Shirley siente que está cayendo la chica del saco rojo —que se parece a Rose—, y que es la protagonista de su novela ‘Hangsaman’. Por desgracia, los cambios entre la imaginación de Shirley y la realidad son tan repentinos y tan sutiles, que si el espectador no está prestando atención, se puede perder con facilidad y sentir que el largometraje no tiene sentido.

Por si fuera poco, el final de la película puede ser entendido de diversas formas, dependiendo desde donde se esté observando la historia, porque vemos a dos Rose: la que se queda con Shirley en el acantilado y la que la que se va en el carro amarillo con Fred, ¿cuál es la que pertenece a la imaginación de Shirley?

Todo este juego entre realidad y fantasía (sin una clara división visual entre ambas narraciones) es una apuesta arriesgada que, según se puede ver en las cifras que arroja la página de crítica de cine Rotten Tomatoes, cayó muy bien entre los críticos, pero muy mal entre la audiencia del común. No obstante, el éxito de ‘Shirley’ es innegable, tras ganar el Premio del Jurado a Mejor Cine de Autor en el Festival Sundance 2020.

Un reparto de lujo y una banda sonora envolvente

Aunque los actores no son los más conocidos de Hollywood, no dejaron de demostrar su talento, en especial Elisabeth Moss (conocida por series como ‘El cuento de la criada’ o la película ‘El hombre invisible’), quien refleja a la perfección la locura que buscaban transmitir a través de Shirley. La actriz no escatima en gestos, demostrando una vez más lo expresivo que es su rostro. Además, el maquillaje hizo un excelente trabajo, porque, resaltando los parecidos naturales entre Moss y Jackson, lograron una semejanza casi total entre ambas mujeres.
Por su parte, el actor Michael Stuhlbarg para este papel deja a un lado el rostro bondadoso que lo caracteriza y tras una espesa barba nos da el perfecto retrato de un marido controlador, que de alguna forma explota a su esposa, obligándola a escribir, aunque ella no se sienta capaz de hacerlo. Pero, de alguna forma, también se muestra como un esposo cariñoso y considerado, lo que termina convirtiendo su matrimonio en la representación de un amor retorcido como si, nuevamente, se tratara de un cuento de Shirley.

Por su parte Logan Lerman y Odessa Young, los más jóvenes del reparto y también los menos conocidos, se acoplan fácilmente al ritmo de los actores más experimentados y a través de lo que ven en sus interpretaciones crean su propio ritmo. Especialmente Young, quien junto a Moss carga con el peso de la película y logra jugar a su ritmo en este intercambio demente.

“Moss es una actriz tan generosa y lo digo porque lo da todo de sí misma y un poco más en cada escena en la que participa. Es un regalo trabajar con ella, porque hace que tu trabajo sea muy fácil. Todo actor conoce la sensación de trabajar con alguien que es un maestro de su oficio y darse cuenta de lo poco que tienes que probar, porque ella es alguien magistral que te abre la puerta para decirte: únete a mí aquí, ven a ser mejor, eso es un verdadero regalo. Fue realmente emocionante trabajar con Lizzie.

Y lo mismo con Michael y Logan. Logan y yo estábamos un poco en el mismo barco, recibiendo una clase magistral de Lizzie y Michael, y al igual que en la película nuestros personajes de Fred y Rose eran observadores de Hyman y Jackson, (especialmente al principio de la película cuando son empujados a este mundo y realmente no saben lo que está pasando), al mismo tiempo por fuera de la actuación Logan y yo estábamos viendo a Lizzie y Michael hacer lo suyo, y creo que pudimos usar lo que vimos a nuestro favor”, comentó Odessa Young.

Otra pieza clave de la película fue la banda sonora, que logra poner a la audiencia en la situación emocional que están viviendo los personajes, lo que refuerza la narrativa, y conecta aún más con la historia y, sobre todo, recalca los momentos de tensión que se viven dentro del film.

Este universo sonoro es posible gracias a la compositora y cantante Tamar-kali, quien escribió una partitura para música de cámara, un cuarteto de cuerdas y piano que enloquece cuando lo empiezas a escuchar y te agudiza los sentidos, presintiendo que algo malo va a pasar, pero sin saber qué. No se trata del típico sonido que acompaña a las películas de terror, sino de uno más profundo, más psicológico y misterioso que por fuera del contexto de la película te sonaría confuso y sinsentido.

Otro gran acierto de esta magistral banda sonora es el uso de los coros femeninos, donde, según lo cuenta la misma Tamar-kali al medio Los Ángeles Times, cada línea vocal viene de una misma voz: la de ella. De esta forma logra hacer una alusión a lo que ocurre dentro de la narrativa de la misma película: una lucha entre la Rose que desea ser libre y la que desea ser una buena esposa o la desesperación de Shirley por poder escribir su libro de la mejor manera, pero a la vez el deseo de poder salir y pasarla bien, sin dejar de lado la locura propia que la caracteriza. En últimas son mujeres tratando de encontrar su lugar en el mundo, a través de su propia voz y esta idea es reforzada por la banda sonora.