Las tensiones entre el Gobierno Nacional y los partidos Liberal y de ‘la U’ escalaron este fin de semana luego de que ambas colectividades negaran los avales a los representantes Carlos Felipe Quintero y Julián López para las elecciones legislativas de 2026.
La medida, que afecta a dos congresistas que han respaldado públicamente las reformas del presidente Gustavo Petro, desató una ola de críticas desde la Casa de Nariño y abrió un nuevo capítulo en el debate sobre la disciplina partidista y los límites de la autonomía política de los legisladores.
El presidente Gustavo Petro fue uno de los primeros en responder, cuestionando con fuerza la decisión del Partido Liberal de excluir a Quintero de su lista oficial.
Desde su cuenta de X, el Mandatario afirmó, “esta manía de ‘jefes’ de partido de quitarle los derechos políticos a sus propios militantes es nefasta y antidemocrática”, según advirtió que estas prácticas “van contra la Convención Americana de Derechos Humanos”. Asimismo, añadió que “no es garantía electoral” y que considera necesario “luchar por garantías electorales para todos”.
Por su parte, el ministro del Interior, Armando Benedetti, antiguo militante del partido de ‘la U’, se centró en el caso de Julián López, presidente de la Cámara.
En su pronunciamiento, el funcionario criticó que se negara el aval a un dirigente que, según él, ha construido toda su carrera política dentro de esa colectividad.
Benedetti aseguró que, “la derecha y la oposición siguen discriminando, acabando con las libertades, con la democracia y la igualdad desde las vísceras”.
En ese contexto, lanzó una crítica frontal a su antiguo partido: “¿Cómo es posible que el Partido de la U le niegue el aval a Julián López, que desde joven es de la U, representante a la Cámara de la U, presidente de la Cámara por la U, hijo de Ritter López, que fue senador de la U?”, señaló.
El Ministro agregó que “no es intervención en política”, sino que, a la vista del país, “un partido que yo ayudé a fundar se vuelve anacrónico y retaliativo, y viola todos los derechos políticos de un ciudadano”.
A estas críticas, no tardaron en sumarse otras voces desde el Congreso, y el liberal Carlos Felipe Quintero denunció que la decisión de su partido responde a una persecución interna por su apoyo constante a las iniciativas del Gobierno, incluido su papel como ponente de la reforma política.
En un pronunciamiento público, aseguró que el Partido Liberal hoy “parece más una monarquía que una colectividad democrática” y que, si le niegan el aval, será por defender sus principios.
Por su parte, Julián López también se pronunció con firmeza. Según él, la negativa del aval es una “represalia” vinculada a su respaldo al presidente Petro y recordó que recientemente había enfrentado una sanción interna relacionada con supuestos intentos de promover un ala disidente.
López señaló directamente a la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, a quien acusa de liderar esta decisión; sin embargo, dentro del partido se aclara que Toro no hace parte actualmente de la dirección y que la colectividad tiene una codirección conformada también por el exregistrador Alexander Vega.
Tras conocerse la negativa de su partido, López anunció que orientará ahora su aspiración hacia la Gobernación del Valle, una movida que marca distancia total con la estructura interna que lo dejó sin aval.
A pesar del revuelo político, tanto el Partido Liberal como ‘la U’ han insistido en que la entrega de avales es una facultad estrictamente discrecional establecida en sus estatutos.
Sin embargo, las reacciones del Presidente, del Ministro del Interior y de los propios congresistas afectados, han reabierto el debate sobre la democracia interna de los partidos en un momento crucial para el calendario electoral de 2026.